Enemies in law (Fred Weasley)

Saber qué hacer.

- ¡Afrodita! ¡Ares la vuelve loquita! ¡Afrodita! ¡Aunque esté cansadita! ¡Afrodita! ¡Te pillé haciendo manitas! ¡Afrodita! ¡Divorciadita!

La castaña lloraba tumbada boca abajo en el sofá mientras Charlie daba palabras de ánimo y sus hijos cantaban.

- ¡Niños!

- ¿Sí papá?

- ¿No tenéis deberes?

- ¡Sí papá!

- Pues tirad. Vuestra tía no tiene tiempo de tonterías.

Los dos salieron corriendo escaleras arriba.

- Ania y Apolo Weasley no son el mejor ejemplo de niños educados. Lo sé. Lo siento.

- ¿Quién le puso Ania?

- Su madre claramente. Antes de decidir que se iba con otro y me dejaba a mí a los niños. Ya sabes cómo quería llamarles, pero bueno.

Ambos estuvieron un rato callados.

- ¿Qué pasa?

- Creo que Fred no está de acuerdo con algunas cosas de la boda. Me está dejando que elija para no agobiarme. Pero eso me agobia más.

- ¿Por qué no lo habláis?

- No quiero agobiarlo.

- ¡Y dale con los agobios!

- ¿Y si no me caso?

- ¿Ahora vienen las inseguridades?

- Dudo que yo sea perfecta para él. Mírame. Y míralo a él.

- Corrección. Dudo que él sea perfecto para ti.

- Él sí es perfecto.

- Lo que sea. No vas a negarte a casarte con el hombre que amas.

- Pero...

- No, no. Lo tienes que hablar con él. ¿Sabes lo enamorado que está? Venía siempre en busca de ayuda para ver a dónde te llevaba y con qué te sorprendía.  Fred es fácil de hablar. Bueno, quitando los primeros minutos donde es un completo marrano y te habla a base de sarcasmos.

Afrodita sonrió levemente.

- Entonces, ¿qué hago?

- Sé creativa. O sensual. El rollo que más te guste.

Afrodita sonrió de manera maliciosa.

Angelina llevaba un montón de bolsas que dejó encima de la mesa.

- ¿Como las decoramos? - preguntó.

- Como si fueran un bono descuento en la tienda Weasley.

Angelina miró a su amiga confusa - ¿Por qué me parece buena idea?

- Porque la es.

- Genial. ¿Tienes alguna como referencia?

- Esta. George me la dio como soborno.

- ¿Cómo?

- Me dijo que no te contara que había usado tu maquillaje para pintar a Roxane el año pasado. Y que te había comprado otro nuevo.

- ¿Lo aceptaste?

- Es un bono descuento del cincuenta por ciento más un día entero con Fred. Claro que lo acepté.

- Lo perdono sólo porque me compró más. Pero que no vuelva a ocurrir.

- Bueno, necesito el color naranja, el morado, y que alguien sepa dibujar muy bien.