Ataud

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Advertencias: mucha paja.

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-San Lang...San Lang, por favor.

Xie Lian nunca se había oído a si mismo suplicar de esta forma. Seguramente antes había rogado por cosas. Quizás a sus padres de una forma mimada o a su Guoshi mostrándose como un alumno obediente. Rogo a Jun Wu para que sellara sus poderes, también al mundo por un descanso mortal. De forma que, suplicar, no era extraño para Xie Lian.

-Por favor, tócame San Lan-En la oscuridad magnánima del ataúd, la voz de Xie Lian adquirió un tono envolvente, sin poder ver, la voz era lo único que brillo entre ellos, haciendo arder algo, un sentimiento inaudito.

Placer.

Era la primera vez en la que Xie Lian rogo por placer. Aún más obsceno era rogarle esto a un hombre. Y los dioses. Oh los dioses. pensó evitablemente Xie Lian, ruborizado hasta las orejas. Qué vergüenza. Que vergonzoso puedo llegar a ser.

-Pero Su Alteza.

Hua Cheng siempre sonó increíble y seguro, pero Xie Lian esta vez solo encontró una timidez. Esta voz. La voz es ronca, pero tiene la suavidad de un joven de apenas 21 años. Xie Lian siente el aliento gélido contra la piel caliente de su cuello, la nariz frotándose un poco allí, provocándole escalofríos.

-No pasara nada- Asegura Xie Lian pero la verdad es que el no tiene idea. Nunca ha estado en esta posición antes. No todos los días te quedas atrapado con el Rey Fantasma en un ataúd y se te pone dura por primera vez en tu vida.

-¿Gege está seguro?

Esta vez la voz no es tan tímida, Hua Cheng esta sobre él, una mano detrás de su cabeza, acunándolo, evitando que se golpee contra la madera. Otra envuelta contra su cintura, casi como un amarre de seda.

Xie Lian afinca su abrazo, todo este tiempo abrazado al cuello de ese hombre frio como el acero, pero gentil como el sol de primavera. -Lo estoy, aunque...estoy algo nervioso.

Xie Lian sonríe en la oscuridad y su dulce Hua Cheng se rie un poco, la mano que lo tenía tomado de la cintura aprieta allí, frotando un poquito. Parece que por un instante Hua Cheng coge valor para tocar finalmente, a su amada Alteza Real. Sube la mano un poco y Xie Lian aprieta los labios sintiendo la mano acariciarle desde el estómago hasta el pecho.

Jadea-San Lang...-Es el toque tan suave. Es la primera caricia que en su vida siente Xie Lian y esta caricia ha provenido de un hombre.

Los dedos de Hua Cheng son largos. Xie Lian no puede verlos, pero su imagen está en su memoria. Aquella noche en la taberna del apostador, donde Hua Cheng le tomo de las manos y le enseño la técnica ultrasecreta para agitar los dados.

Xie Lian comienza a caer en cuenta, conforme su erección se pone más dura y la mano sigue frotándole, que esta técnica era bastante obscena. O quizás Xie Lian es el obsceno porque solo desea que Hua Cheng lo guie ahora, con esa preciosa voz ronca y le enseñe, con perversa paciencia, a complacerse por primera vez.

- ¿Está bien si te beso primero? -Hua Cheng nunca le pareció tan tierno y Xie Lian se sintió un muy mal Gege. El abrazo se profundizo Xie Lian pegando su rostro al suyo. La intimidad del ataúd lo vuelve valiente.

-San Lang puede besarme, ¿acaso no siempre lo ha-ha-haces? -había querido decir esto con sensualidad, pero la valentía se le fue muy pronto al darse cuenta de las cosas que le estaba diciendo a su buen Hua Cheng.

- ¡Si, pero e-eso es solo porque Ge-Gege l-lo ha necesitado!

Y se da cuenta de una realidad aterradoramente divertida. Si Xie Lian se pone nervioso, Hua Cheng se pondrá aún más nervioso. ¿En serio tengo que ser el seguro de esto? ¡Si yo no sé cómo se hace nada! ¡Mira lo que haces con Lluvia Carmesí!

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2022 ⏰

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