𝙊𝙝 𝙢𝙤𝙣 𝘿𝙞𝙚𝙪!

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—Joven Kim, si quiere aprobar deberá quedarse a clases de regularización. —el peliblanco dejó el examen sobre la paleta de la silla del pelinegro. Se podía ver un maravilloso cuatro en color rojo, y para terminar encerrado en el mismo color.

El mayor terminó de dar los exámenes y antes de que sonara el timbre resolvió algunas dudas de sus alumnos. Sunoo seguía sin poder creer que había sacado un cuatro, él había estudiado tanto que sabía que sacaría al menos un seis. Debió escoger solo un idioma en lugar de inglés y francés. Maldito seas, Kim Sunoo de hace unos meses.

Escuchó sonar el timbre, guardó sus cosas en su mochila y la colgó en uno de sus hombros. Estaba por atravesar la puerta y escuchó la voz de su profesor decir su nombre.

—Sunoo, la clase de regularización es a las tres y termina a las cinco. Puedes ir a comprar comida si es que quieres, eso sí, antes de que den las tres. —el menor asintió y se despidió de su profesor.

•••

El reloj marcaba las tres y significaba dos cosas: las clases habían terminado y tenía que ir al aula de francés para su clase de regularización. En el receso había comprado algo para comer en esas dos horas si es que le daba hambre, sino lo guardaría y comería en casa.

—¿De verdad te vas a quedar a la clase de regularización con el profesor Park? Dijo que sólo era si querías. —Jungwon tenía razón, aunque el pelinegro prefería evitarse el regaño por reprobar y aguantar esas míseras dos horas.

—Sabes que mi papá me regañará si llego a reprobar, prefiero evitarlo si es que puedo hacerlo. Tampoco creo que sea tan malo quedarme, Park es muy amable y prefiero llevármela en paz también.

—Entiendo, siendo así me despido de ti, amigo —simuló quitar una lágrima de su ojo y soltó una pequeña risa —. Suerte en tu clase de regularización, Sun. ¡Suerte! —el de ojos color caramelo agitó su mano en señal de despedida mientras veía cómo se iba alejando el cuerpo de su amigo.

Sunoo caminó hasta llegar a la puerta del aula del profesor, tocó y escuchó un "adelante" del parte del mayor.

—Buenas tardes, profesor Park. ¿Nadie más se quedará? —el pelinegro preguntó al de cabellos blancos y en serio esperaba un "el resto llegará en unos minutos, toma asiento", pero a Sunoo la vida usualmente le decía que no.

—No, solo eres tú. Toma asiento, hay de dónde escoger —SungHoon regresó la vista a su computador mientras que Sunoo tomaba asiento en una de las sillas de hasta enfrente —. Dame unos minutos, estoy haciendo algo que encargaron a última hora en la dirección. Puedes comer, si gustas.

El de cabellos negros no tenía hambre gracias a los nervios, pero sentía sus labios muy resecos, así que tomó un poco de agua de su botella y la dejó al lado de su mochila. Una voz interrumpió sus pensamientos.

—¿No vas a comer algo? Deberías hacerlo. —SungHoon llevó su mirada hacia el menor esperando una respuesta.

—No tengo hambre, comí hace no mucho. ¿Usted ya comió? —jugó con sus manos tras soltar tal pregunta.

—Comí en mi hora libre. ¿Te puedo pedir un favor? —el peliblanco ya había terminado lo que le habían pedido, apagó su computador y lo guardó en su mochila donde solo había unas guías y material para el pizarrón. El de cabellos pelinegros hizo un sonido de afirmación en busca de saber cuál era tal favor —De hecho, son dos, pero son muy sencillos. El primero es que me esperes en lo que llevo esta USB a la dirección y la segunda es que me llames SungHoon, vamos a pasar varios días en las clases de regularización, Sunoo. —dicho esto el mayor dejó por unos minutos el aula y Sunoo realmente no sabía si tomar el atrevimiento de tutear a su profesor. Sí, su maestro se lo pidió así que no habría nada de malo o irrespetuoso. En serio debía dejar de darle tantas vueltas a eso. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por un "ya estoy de vuelta"

𝘿𝙄𝙎-𝙇𝙀 𝙀𝙉 𝙁𝙍𝘼𝙉Ç𝘼𝙄𝙎 // 𝙎𝙐𝙉𝙂𝙎𝙐𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora