Molesto

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Hyeri

Simplemente no dije nada, caminé y tomé la primera libreta en blanco que había en una de las sillas, comenzando a apuntar todo lo que decían, tallas, marcas, color. Mi mano dolía en tan solo los primeros minutos y a decir verdad, comenzaba a tener miedo debido a la presencia de mi jefe ahí junto a mi.

—Necesitamos cinturones y broches. _la pobre chica simplemente salió corriendo y me arrime al ver cómo buscaba en las cajas de cartón detrás de mí— ¿Porque nadie está listo? Les avise con antelación

Ni un solo lo siento, siguieron en lo suyo. La chica de cabello rubio colocó ambos accesorios en el vestido. La mirada de Nakamoto lo decía todo, algo andaba mal y demasiado mal.

—Dije azul Turquí, no azul de Prusia. —dios santo yo los veía iguales— ¿Alguien por favor podría hacer bien su trabajo?

—Lo siento, es que son demasiado parecidos. —trate de contener mi risa, de lo contrario lo haría enojar aún más y a mi parecer le salía humo por los oídos del coraje—

—Largo. —solo esas palabras se necesitaron, no más y toda la oficina comenzaba a vaciarse, yo siguiéndolos a ellos por supuesto— tú no, Song, tú no.

Matenme. Hagan lo que quieran pero prefiero morir que estar aquí con mi jefe a solas. Dios santo su pecho subía y bajaba tratando de contener el coraje, sus manos tenían las venas marcadas y frotaba su cien con frustración. Esas no eran muy buenas noticias.

—Me puede explicar, ¿por qué llega tarde al ensayo? y lo peor de todo, ¿por qué simplemente escribe palabras clave cuando en realidad debe de anotar todo? —a ver hágalo usted si es tan estricto— Song, le estoy hablando

—Fui a dejar los catálogos, llegué algo tarde para recogerlos debido a que la máquina de galletas se averió, luego de eso fui por su ropa y el maldito calle o avenida en realidad no lo sé, parecía un suicidio, Jeno me ayudó a atravesar pero Dios santo sino lo hacía moriría y no quería eso. —hable tan rápido que cuando termine de pronunciar mis palabras comencé a tomar más aire, le faltaba a mis pulmones— y sobre lo del ensayo, me perdí media hora de éste, ¿Cómo se supone que deba anotar algo que ni siquiera vi? Lo siento, señor

—Solo....Sal de aquí. —señalo la entrada de su oficina, frotando de nuevo su cien y con los ojos cerrados— rápido antes de que me arrepienta de haberte contratado y te despida justo en este momento

No pude estar más asustada que hasta incluso mis piernas reaccionaron en ese instante y cuando ya estaba afuera, mi compañera de lindo maquillaje me veía nerviosa. Me había dejado ahí como carnada o comida para lobos.

—Lo siento. —se encogió en su lugar en cuanto me vio— pero era eso o que te despidiera sin que entraras

—Agradezco tu gesto, pero dudo mucho que dure otro día. —conociendo su carácter, mañana ya no estaré aquí— pero olvidemos el tema, ya es nuestra hora del almuerzo, debemos ir antes de que acabe

—Jeno me dijo que pasaría por nosotras, está en la entrada. —asenti levemente y esperé a que apagara todo y pudiéramos salir para ir a comer, desde que llegué me rugia el estómago y ahora mismo quería un poco de carne del puesto que Yuqi me había dicho— vamos

Salimos del edificio y una vez en la acera el claxon de un auto nos hizo dar un brinco. Jeno estaba ahí y nos saludó con la mano para luego indicar que entraramos en la parte trasera, ya que al parecer había alguien junto de él.

—Se que dije que solo seríamos nosotros, pero mi novia quiso unirse, espero no les moleste. —obviamente no, ella está en todo su derecho— cariño, ellas son Soyeon y Hyeri

En cuanto la vi me di cuenta de que si era la chica del elevador, eso fue un alivio, en cierto punto creí que Jeno tendría una amante. Dios santo, que pasa por mi mente, necesito ir a un psicólogo.

—Hola, soy Taeyeon. —amigable, algo que me tranquilizó— es un placer conocerlas, trabajo en TY makeup

—Es un gusto igual. —mi compañera se me adelantó y la saludo tan amigablemente que olvide que se parecía a Yuqi— pero bueno, ¿Que estamos esperando? ¿Quieren que me coma el brazo de alguien?

—Como diga la jefa. —el chico simplemente arrancó el auto y nos pusimos en marcha— ¿Quieren algo en especial? Yo invito

Mi teléfono comenzó a sonar, tuve que disculparme con los chicos debido a ello. Al levantar la pantalla pude darme cuenta que el número de Nakamoto se marcaba en la pantalla, dudé en contestar, pero, era mi trabajo después de todo.

Regrese de inmediato, señorita Song. —ni una maldita palabra me dejó pronunciar cuando ya había colgado—

Bufé molesta debido a su actitud, supuse que debía quedarme sin almorzar. Pero Dios tengo demasiada hambre.

—¿Sucede algo Hyeri? —si, demasiadas cosas diría yo—

—Lo siento, creo que no podré ir a almorzar con ustedes. —todos me miraron incrédulos— no es porque no quiera, me llamó Nakamoto

—¿Como puede pedirles que haga algo si están en su descanso? —la novia de Jeno definitivamente me agradaba— ¿Tan exigente es su jefe?

—No tienes idea. —dijimos los tres al unísono sacando una sonrisa de nuestros labios—

Agradecía internamente que no hayamos avanzado demasiado. El chico insistía en que me dejaría en la entrada de la empresa, pero yo podia caminar. No era nada de otro mundo.

—Te traeremos algo, ¡Suerte! —y se alejaron en el auto, solo los perdí de vista y me dispuse a caminar—

Cinco cuadras, en tacones que he llevado todo el maldito día. El sol no ayudaba en mucho y el hecho de que la llevara el cabello suelto tampoco.

De nuevo el teléfono comenzó a vibrar, creía que a la hora del almuerzo sería un poco menos molesto, pero veo que me equivoqué. Nakamoto es el puto demonio en persona y eso nadie me lo va a negar.

Working with the devil [Nakamoto Yuta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora