Capítulo 1: Congelar las memorias

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✨🍦Advertencia de contenido sobre: depresión, se recomienda discreción🍦

Esa mañana en la oficina principal del Museo Metropolitano de Dokoni-mo City había algo de movimiento, lo normal para días previos a la inauguración de una nueva colección de arte. Entre el banquete de etiqueta hasta el flujo de visitantes todo tenía que ser supervisado por el director de departamento. Si bien no era la primera vez que se hacía cargo de algo así, siempre solía ser algo desgastante que terminaba haciéndolo dormir en horas laborales.

A la oficina entró su asistente y detrás de él dos artistas quienes estaban familiarizados con una escena del lunes después del almuerzo. El director de departamento estaba en una de las sillas, recargado con lo que parecía ser un folleto del evento cubriendo sus ojos... las hojas se levantaban ligeramente con su respiración pero... no había ronquidos. El director del departamento solía ser muy callado al dormir, es más parecía que estaba muerto, sobretodo con sus manos sobre su abdomen... si no parecía un muerto bien podía parecer un abuelito que se ha quedado dormido después de la comida, así sin más, sin importarle que medio mundo a su alrededor estuviera ardiendo.

Su asistente Hiromi Higuruma lo contemplaba con cierto recelo. ¿Cómo se le ocurría a su jefe echarse una siesta si él se estaba partiendo el lomo? Antes de que lo despertara estampándole otro folleto en la cara uno de los artistas se acercó y le dijo con una risita.

—Déjalo, está aún muy dormido. Te apuesto a que está tan dormido que si le pintamos un...

—Yu... —le llamó la atención el segundo artista quien se había acercado a aquella mesa de reuniones para terminar de ordenar las copias de la colección que estaban por inaugurar.

—No... iba a dibujar eso... Kento sólo unos lentes y mostacho. ¿Puedo?

El asistente Higuruma se apartó de su camino, le parecía un buen escarmiento por dormir en horas laborales y una vez que el artista terminó de pintar con plumín unos lentes y un mostacho encrespado no pudo aguantarse y dibujó dos cejas para expresar disgusto.

Se aguantó la risa todo el tiempo que estuvo pintando su cara. Y al terminar Higuruma se acercó y le dio al director de departamento un golpe en la cara con el folleto.

¡Zaz! En seco y sin piedad. El director se paró de inmediato muy desconcertado. Luego pasó al enojo que hizo que las cejas en su cara se juntaran aún más. El primer artista estalló en risa, el segundo levantó sus cejas pero no sonrió y el asistente... él mantuvo su semblante disgustado que le sirvió muy bien para que el director no se enfureciera con él por golpearlo.

—¿Qué hace dormido, director Choso?

Oh no, lo había llamado "director" estaba claramente furioso.

—Ha llegado Yu Haibara y Kento Nanami. El segundo viene a resolver el problema surgido esta mañana.

El director se puso de pie e intentó hablar con seriedad... esta fue cortada por la risita de Haibara.

—¿Su-sucede algo? —Choso se giró a su asistente quien no pudo evitarlo y también sonrió.

Fue Haibara quien por medio de la cámara de su celular tras sacarle una foto le mostró de qué se reían.

—Si fuera fotógrafo esa sería mi principal obra, Choso. Tómalo en cuenta.

¡Él vio la foto y parecía eternamente enojado! Aunque en realidad estaba apunto de reir. Pidió un momento para poder ir al baño a lavar su cara, Higuruma fue detrás de él, seguro necesitaría ayuda. Al volver puso al tanto a Nanami del problema pero las manchas en su rostro no desaparecieron del todo.

Set fire to the rain - Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora