Esa sonrisa de Alegría.

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Protagonista: Aldebarán. 

Shippeo: Aldebarán x Aioria. 

La sonrisa que en ese momento adornada los labios del Santo de Leo era un espectáculo hermoso de ver

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La sonrisa que en ese momento adornada los labios del Santo de Leo era un espectáculo hermoso de ver.

En el templo de Leo en plena tarde el sonido de la música hacía eco entre las paredes del templo, animando aun más a los 2 hombres absortos de lo que pasada.

- Cuidado com o que você faz gatinho. - En un gemido ronco Aldebarán dejo sus advertencias cuando Aioria chocando su espalda contra su pecho, apoyando su trasero con la clara intención de frotarlo en su entrepierna mientras bailaban. - Você é um bastardo perverso... E eu adoro isso.

Riendo por lo bajo Alde sujeto a Aioria de la mano para voltearlo y verse de frente, aprovechando para robarle un beso. Apretando el labio superior con sus dientes y su escultural trasero con su mano.

Su relación con Aioria siempre fue... No diría que especial, más bien cercana. Con y sin ser llamado el hermano de un traidor, era de los que siempre le dio confianza a Aioria para demostrar que era un Santo digno, y de los muy pocos que nunca lo trato mal o como un completo desgraciado. Más ninguno tuvo la osadía de declararle sus sentimientos al otro por mucho tiempo. Fueron años de estar cerca de una forma sumamente amena los que dejaron a Aioria enamorarse de ese pedazo de hombre amoroso.

Ya cuando se supo la verdad de su hermano, no pudo estar más feliz. Permitiéndose por primera vez en años, llorar. Pero esta vez abrazado al toro. Esa noche fue de muchos sentimientos para Aioria, el nombre de su hermano quedo limpio, todo el rencor que tuvo esos años fue exiliado, dejando salir todo lo que sentía en más ni menos que en Aldebarán.

Y sin más preámbulos al terminar de decir todo lo que se había guardado. El toro hizo lo mismo. Sin ver algún obstáculo que les sugiriera negarse rápidamente ambos se quitaron las armaduras y con ellas la ropa.

Aioria siempre supo que Alde era grande, pero al momento que ya sin ropa y ver como este sin problemas lo cargada para llevarlo a la cama, la idea de que era un hombre de gran tamaño no le asusto, todo lo contrario lo alentó a seguir toda esa noche.

Y ha varios años ya seguían siendo novios. Todos esos gesto amorosos, e inclusive pervertidos que Aioria tomada con él era algo que le fascinada, luego de vivir toda su adolescencia lamentándose tenerlo sonriendo de alegría era algo que disfrutada.

- Ustedes son lindos pero sigo aquí. - Seiya fue lo que hizo que se separan. Se supone, que le estaban enseñando a Bailar ya que quería obligar a Ikki a ser buen novio y que saliera con él como chicos normales de 17. Pero primero tenía que aprender a bailar, y si Ikki no sabía, mejor para él ya que tenía una escusa para que el Fénix le obedeciera.

Más de una vez los había visto bailar juntos, ver a quien Seiya considerada un hermano mayor sonreír de esa forma cada que el toro estaba con él era casi de admirar. Cuando Marin lo entrenada siempre veía a Aioria o muy serio o con una cara de que se quería matar.

- Perdona. - El toro empezó separándose de su novio. - Lamento que vieras eso, nos olvidamos de ti. - Así de concentrados estaban.

- Descuida, soy todo menos virgen. No tienen que preocuparse por muestras de afecto explicitas. - A Aioria esa declaración lo tomo por sorpresa mientras que a Alde quiso reír.

Mejor ni comentada, ellos sabían que Milo había perdido la virginidad a los 15. Y aunque lo negaran todos sabían con quien.

- En fin... Volviendo, notaras que al bailar es más fácil si le prestas atención a su pareja. Así es como yo aprendí. Tomando la mano de este sexy latino y dejándome llevar por él.

- En mis tiempos de entrenamiento en mi país mi maestro me instruía en eso para relajarme. - Explico.

- Entiendo. Solo tengo que saber mover mis caberas para que Ikki me siga ¿No?

- Jajaja. Más o menos. - Alde acepto eso. - ¿Qué tal si Bailar con Aioria? - Sugirió, y ambos aceptaron. Aioria se separo de su novio y busco la mano de Seiya, apoyando la otra en su cabera.

- Primero mira los pies y sígueme. - Aioria empezó a mover los pies de un lado a otro siguiendo un mismo patrón, guiando a Seiya logrando seguir correctamente las indicaciones. - Es como seguir un patrón. Vas bien.

- Gracias. - Orgullo expreso. Aldebarán los mirada a ambos como si de un profesor fuera. Sin contar que, le parecía tierno el lado fraternal que a veces ellos 2 mostraban.

El rato paso, y para su sorpresa el Santo de Virgo termino pasando por el templo de Leo en dirección a Virgo. Cosa que impresiono a ambos dorados ya que no sabían que Shaka estaba fuera de su templo. Seguramente estaba con Saga, habían escuchado rumores de varios choques que han tenido ellos 2.

- ¿Que hacen? - Confundo pregunto, aun tenía los ojos rezados y solo escuchada la música, que como estaba en portugués no entendió nada.

- Solo bailando. ¿Nunca las hecho? - Ahora Shaka abrió los ojos, enarcando las cejas bien confundido. - ¿Quieres intentarlo? - Quitándose la armadura Shaka acepto. Era una actividad la cual nunca practico, aunque la conocía.

Sujeto las manos del Santo de Tauro y se dejo llevar. Empezaron bastante lento por varios minutos donde Shaka lo piso más de una vez, hasta empezar a ganar ritmo, varias veces sus cuerpos chocaban de forma accidental lo cual avergonzada un poco a Shaka, si bien su cuerpo no era nada flaco, tenía una buena musculatura no era tan pronunciada como la del toro. Quedando totalmente rojo cuando de un movimiento donde Alde lo hizo girar quedaron enteramente pegados, abriendo los ojos desorbitados.

- Hey Barbie, ten cuidado porque ese toro sigue siendo mío. - Y ya con eso Shaka tuvo suficiente. Apartándose del toro y despidiéndose de forma cordial, aunque se notada lo muerto en vergüenza que estaba. Puede que estaba muy poco acostumbrado a ser tocado de una forma más casual, o eso quedo pensando Seiya. De los 3, fue Seiya quien no se aguanto las ganas de reír.

- Bueno, creo que los dejo. ¿Mañana a la misma hora? - Aldebarán acepto, en el papel de maestro que en ese momento estaba ocupando, despidiendo al castaño y quedándose solo junto a Aioria.-

- ¿Aun estas cansado? - Sonriendo de una forma bastante sugerente, el Santo de Leo se paró a un lado de su novio, pasando su mano por su brazo. El toro de medio lado sonrió, volteando su cuerpo para sujetar al Leo de la cintura con el brazo izquierdo.

- ¿Qué tienes en mente?

- Bueno, eso te lo tendría que decir en un lugar más privado.

- Uff... Adelante. - La mano que Alde tenía en la cintura de Aioria pasó por debajo de sus piernas, adentrando a un lugar más privado que solo los 2 conocían.

Luego de haberlo visto por años y comparar el pasado con el presente, Aldebarán asegurada lo mucho que amada ver a Aioria tan lanzando, no solo con él obviamente, si no toda esa alegría que ha estado derrochando. Era gratificante comparar el antes y el despues. 

Tauro Gold Saint Zone (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora