Mi Sangre

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Encerrados dentro de paredes del cuartel, cuatro jóvenes se encuentran recordándo vivencias y conviviendo, de entre ellos una jovencita sujeta firmemente dos panes y los empuja con fuerza en la boca de dos de sus amigos que se encuentran eridos.

—¡Las cosas siguen igual  como de niños, les dije que no permitirte que mueran y para recuperarte necesitan comer! —declaró Mikasa.

—Bueno pero no seas tan brusca —expreso Meliodas sonriendo.

Este suspiro y se vio las manos, costillas, todas sus extremidades estaban lastimadas, al ver a su amigo, Eren, con vendaje en su cabeza sinto una sensación de impotencia y frustración, que sujeto con firmeza las sábanas de la cama qué le cubrían. Aún así suspiro y con una sonrisa dijo:

—Por fin después de un tiempo estamos los cuatro juntos con un poco de paz —Agregó Meliodas.

—Espero y que podamos seguir así por más tiempo —comento Eren.

Subitamente alguien llamaria a la puerta de la habitación dando dos golpes leves a la puerta, pasados unos segundos entraría un soldado a la habitación, con fraldad examinó toda la habitación, manteniendo un firme porté se dirigió a los soldados qué descansaban.

—Siento por la interpretación, ¿El cadete Meliodas esta aquí?

Todos se mantuvieron en silenció, Armin volteo a hacia su amigo e intentó levantar la mano para protestar, pero en ese instante Meliodas alzó su mano derecha y llamo la atención de su superior.

—Soy yo, ¿qué es lo que pasa?

—¡Por órdenes superiores tengo el deber de escoltarlo a otro recinto! —explicó el soldado.

Mikasa, Eren y Armin en completo silenció vieron la reacción de su mal herido amigo, quien permanecía con los ojos cerrados sin mostrar señales de hacer lo que se le pedía, Mikasa toco el hombro derecho de Meliodas tratando de darle algo de ánimo.

—A la orden señor.

—¿Necesitas ayuda para levantarte? —inquirió Armin.

—Estoy bien, yo puedo hacerlo solo.

Muy lento y con cuidado, Meliodas se fue apartando de las sábanas qué lo cubrían, llegando al borde de la cama Armin le paso la parte inferior del uniforme, el rubio los sujeto y con fuerza se los colo sin mayores complicaciones.

Pero para la parte superior, Armin y Mikasa tuvieron que intervenir al ver como aun por el dolor que le causaban las costillas Meliodas era incapaz de leventar por completo los brazos.

Ya listo Meliodas se apoyo en un bastón para caminar hasta el soldado, quien le dio una leve palmada en la espalda, escoltandolo hasta la salida, bajo la mirada de sus camaradas.

—Cuídate amigo —dijo Armin.

—Ustedes igual —contestó Meliodas. —Asegúrense que Eren no se meta en problemas.

—¡Ya vete de una vez! —gritó Eren sonriendo.

Meliodas volteo hacia arriba y con la cabeza le hizo saber al hombre que ya estaba listo para partir a junto con el.

—Acompáñame, por aquí.

Ambos atravesaron los pasillos del recinto, el demonio observaba a soldados heridos mutilados tiados en los pasillos esperando por atención medica mientras los que aun podian trataban de calmarlos o acompañarlos en sus últimos momentos.

Saliendo del recinto, el soldado guio a Meliodas hasta las afueras del establo, frete a el había un carro tirado por dos caballos. Viendo a esos dos animales el demonio distinguio a uno de los caballos.

Meliodas en Shingeki No Kyojin [Temporada 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora