Entre las páginas sueltas de un libro

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Jake Rowes es un joven de 23 años que estudia en la universidad literatura clásica. Su pasión por los libros desde pequeño lo llevó a sentirse inmediatamente inmenso dentro del amplio mundo de las letras, y rápidamente descubrió que a ello quería dedicarse durante su vida.

Contaba con ya varios escritos y relatos auto publicados mucho antes de comenzar su vida universitaria, algunos llegaron a recibir reconocimientos. También debido a su léxico gramatical aportaba historias sustanciosas para el periódico de la universidad lo cual aportaba créditos a su portafolio estudiantil, así como algo de dinero ya que cumplía como trabajo a medio tiempo.

Esa mañana J como le decían sus amigos cercanos se despertó con el sonido de su alarma, se encontraba cansado pues había madrugando escribiendo un relato llevaba varios días rondando su mente y por fin había dispuesto de tiempo para darle forma a pesar de solo haber sido capaz de crear 3 párrafos.

Se levantó perezosamente estirando sus brazos encima de su cabeza mientras bostezaba ruidosamente se dirigió al baño de su apartamento rentado. Procedió a mirarse en el espejo su pálido rostro efectivamente mostraba rastro de ojeras azulosas por la falta de sueño, comenzó a intentar peinar su cabello el cual ya se encontraba algo largo alrededor de sus hombros y de un profundo color negro por lo cual debía recogerlo para que no le molestara en los ojos.

Luego de darse una ducha caliente y de vestirse con sus habituales jeans, tenis y sudadera, recogió su cabello en una coleta, tomo una chupa chups de su colección ya que amaba estos caramelos asi que siempre se aseguraba de tener en su despensa, cogió su mochila envió un sms y se dirigió a la universidad la cual sólo quedaba a unas cuadras de su bloque de apartamentos.

Al llegar fue rápidamente interceptado por Alec su mejor amigo desde el instituto y la única persona aparte de su cuñado que podía leer sus escritos. Ambos se conocieron en 2do año del instituto y su gusto literario y amor por los libros los llevo a volverse inseparables.

-Buenos días J, vi tu sms cuando estaba llegando, lograste terminar el escrito - le dijo este mientras bostezaba, su cabello castaño claro ondeado estaba despeinado bajo su clásica gorra negra y sus ojos grises lucían unas grandes ojeras lo cual supuso J seguro eran por haber estado jugando videojuegos hasta tarde.

-Logre formar algo, pero aún no estoy muy seguro al respecto, sabes que soy muy meticuloso y que a veces borro y vuelvo a redactar - comentó J con voz de fastidio mientras se sacaba la chupa chups de fresa ya algo desgastado de los labios para tragar la saliva saborizada que se había acumulado.

-oh mira J ahí viene Alice, lo juro esa chica tiene un radar para encontrarte en cualquier parte de la universidad, ¿cuándo vas a salir con ella? Es la chica más inteligente y hermosa de la univ lleva ya 1 año y medio loquita por ti - Alec como siempre tenía razón en lo que decía.

J observó cómo Alice se despedía de sus amigas y lentamente se acercaba hacia donde ellos se encontraban parados.

Alice no era una chica cualquiera, todos se detenían a mirarla, 1. 65 de altura, un cuerpo ejercitado y bien proporcionado cabello rubio brillante tirando a blanco y hermosos ojos azules pero su físico no era lo más atractivo también gozaba de una gran personalidad, carisma e inteligencia.
Muchas veces J se encontraba apreciando a Alice como a una obra maestra. Él sabía que era un gran partido para él porque además era heredera de una gran franquicia de perfumes por lo cual brindaba también una gran posición económica.

Pero J consideraba a Alice como una amiga, una pieza de museo demaciado valiosa para ser puesta en sus torpes manos.
También J no estaba seguro si tan siquiera le gustaban las chicas, había besado algunas en sus 23 años de edad, pero realmente sólo por curiosidad o como práctica para poder describir al detalle en sus escritos. J se consideraba asexual y no tenía ningún problema con ello.