" -¿Promesa? -Promesa"

¡¿NUEVOS VECINOS?!

CAPITULO DIECISIETE

"¿NUEVOS VECINOS?"

 

Caminaba junto con Lucy por la acera, veníamos de hacer unas compras, Lucy me contaba muy animada su cita con Andy, el sol comenzó a salir.

-Será mejor que nos apuremos, no tengo ganas de conseguir un bronceado—le dije mirando el cielo que estaba en todo su esplendor.

-Sí, tienes razón... ¡Qué bueno que mañana podre quedarme a dormir! ¡Tenemos mucho de qué hablar!—exclamo ella llena de alegría

Asentí con la cabeza mientras le regalaba una sonrisa—Sí, ya te extrañaba—le confesé mientras le daba un leve abrazo.

-¿Qué es eso?—me pregunto señalando un enorme camión blanco situado junto a la casa de mi abuelita.

-Parece un camión de mudanzas—conteste mientras nos acercábamos, rodee el camión buscando al dueño, la puerta se abrió sorprendiéndome, di dos pasos hacia atrás, y miré quien había abierto la puerta.

Un señor mayor, de unos 70 años nos observó, tenía una apariencia muy peculiar, llevaba pantalón café con una camiseta roja, y un parche adornaba su ojo izquierdo ¿Quién es este señor Anna? Tiene pinta de pirata, solo le falta el garfio.

Negué con la cabeza tratando de disipar mis pensamientos, el anciano nos observaba de pie a cabeza, su mirada comenzaba a incomodarme, Lucy tomó mi brazo indicándome que nos vayamos, di media vuelta preparándome para salir de allí, pero el anciano se paró frente a nosotras.

-Buenos días bellas señoritas—saludo con voz firme—Soy nuevo en el vecindario, llámenme Mafia—nos dijo mientras extendía su mano en dirección de Lucy.

¿Mafia? ¡Caray Anna! Qué vida más loca la tuya, mira que tener un pirata de vecino, ¿Qué sigue? ¿La sirenita? ¿Peter Pan?

Lucy dudo un poco, pero al final estrecho su mano con la de él, "Mafia" le regalo una sonrisa ladeada, mientras sus ojos escaneaban a mi amiga de pie a cabeza, su mirada se tornó extraña, un raro brillo inundaba sus ojos. Anna ¡Ese pirata tiene tu misma cara cuando ves la comida!

Instantáneamente jale a Lucy y la lleve lejos de él, le di una mirada severa y seguí con nuestro camino—Buenos días—le respondí seriamente mientras me alejaba, aunque aún podía sentir su mirada fija, bueno...su mirada estaba en Lucy.

-¿Qué rayos fue eso?—pregunto en un susurro desesperado Lucy en mi oído mientras nos alejábamos.

-Ni idea, pero su expresión era la misma que tengo cuando tengo hambre—le devolví el susurro caminando más rápido.

-Lo sé—contesto ella siguiéndome el paso

-Será mejor que entremos—le dije mientras me acercaba a la casa, de pronto sentí que Lucy se paraba en seco, la mire y vi sus ojos fijos al frente, seguí su mirada y mi estómago dio un vuelco. En la calle del frente venía Nathan conversando alegremente con una joven rubia muy guapa, ella le decía algo con una sonrisa y él se reía de lo que sea que esa tipa le estaba diciendo, ok... ¿Qué te pasa? "¿esa tipa?" Ahhh huele a celos

-¿Quién es ella?—escuche preguntar a Lucy

-No tengo idea—conteste un poco más fría de lo que quería, pero no pude evitarlo, mis manos se apretaron en puños cuando visualice como la tipa...perdón señorita, "accidentalmente" se caía y justamente terminaba en los brazos de Nathan, la maldita...perdón, la señorita le daba una sonrisa, y Nathan solo se limitó a mírala, sentí mi estómago dar muchas vueltas, pero no ese tipo de vueltas agradables, era como un ácido que consumía mis tripas.