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Mirándose el espejo Milo no dejada de detallarse. La vida adulta no siempre iba ser glamorosa, lo normal es atravesar muchos momentos de dificultar en el camino a la plenitud. Eso lo sabía a la perfección, ya estaba bien cansado de estar en una oficina todo el tiempo. Tenía tiempo libre, y al aceptar la propuesta de su hermano mayor, quiso volver a vestirse como cuando era un adolecente, quería verse atractivo y provocativo para cualquiera que lo viera, más que nada; Hombres.
Considerada su homosexualidad la razón del porque ya estaba muy cerca de los 30 pero seguía soltero. Solo su hermano lo sabía, y aunque él era heterosexual siempre le daba cuerda a su hermano a conseguir un hombre para casarse, o por lo menos una noche bien salvaje.
En ese momento probablemente no fuera la excepción en lo más mínimo. Ya considerándose perfecto, Milo busco su teléfono y su billetera saliendo de su recamara para encontrarse con su hermano que seguramente ya estaría perfecto.
- Kardia, ¿Ya tu mujer te soltó? - Bromeo, el contrario hizo un gesto haciéndose el desentendido, pero invitándolo al Auto.
- Siempre me deja salir contigo siempre y cuando no haya otras cerca.
- ¿Le has dicho que no me gustan las mujeres? - Kardia Negó, no quería decir así como así la privacidad de su hermano. - Esta bien, ¿Qué tienes planeado? - Restándole importancia al asunto se cruzo de brazos, mirando al frente.
- Sabes que soy un hermano generoso. Veras un festín digno de ti. - A lo dicho por su Hermano Milo arqueo las cejas confundido, no obstante no le prestó la mayor importancia. Conocía bien a su hermano, no tenia porque desconfiar de él bajo ningún aspecto.
Fueron varios minutos de viaje hasta llegar, en una muy ligera conversación entre hermano acerca de cosas del trabajo. Nada que valga la pena comentar fuera de ellos 2.
- ¿Una fiesta de playa? - Fue lo que dijo Milo luego de bajar del carro. Mirando detalladamente es hermoso y extravagante lugar.
- Corrección, un fiesta gay en la playa.
- ¿Me estas jodiendo no? - Se volteo a verlo con ganas muy reprimidas de reír tras escuchar eso.
- ¿Qué? No es la primera vez que lo hago. - Se encogió de hombros, Milo rio entre dientes mientras su hermano dada un paso un adelante para guiarlo por todo el lugar.
Para que negar, había varios hombres bastante guapos en todo el lugar. Los cuales, apenas ambos hermanos se hicieron presentes sus ojos quedaron interesados en ellos.
- ¿Alguno te gusta? - Kardia pregunto, codeando a su hermano.
- Kardia, hermanito, si quieres verme con pareja, llévame a un lugar que no sea este. - Empezó por eso, sonriendo con un ligero deje de ego. Sabía que su hermano deseado verlo ya casado, o por lo menos en una relación totalmente estable. Pero para su mala fortuna eso no estaba a su alcance en ese momento. - Pero no negare que por ahí hay varios con los que me acostaría.
