⋆ ࣪𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗢𝗰𝗵𝗼⋆ ࣪

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Después de esas dos personas muy... ¿Raras o amigables? No tengo respuesta para eso, pero desde que ellos se marcharon me dejaron con una gran duda.

Se ve que no son de por aquí, y se ve que son algo refinados... ¿Por qué vinieron a una simple florería?.

Tal vez escucharon el rumor de que soy tan hermosa y buena arreglando todo...

Me solté una carcajada.

— Necesito terapia — reí otra vez. Debería dejar de hablar conmigo misma.

— Anna — esa voz... Conozco esa voz — Perdón por desaparecer unos días.
Voltee a ver y era la persona quien esperaba, Elsa.
— Te lo puedo explicar

— ¡Elsa! — grité con emoción, quería abrazarla pero se que no sería el momento. — Pensé que no ibas a regresar más.

— Estuve ocupada — se empezó a reír. Se acercó un poco a mí y me preguntó si estaba bien a lo que dije que estaba preocupada por ella.
— Estoy bien, no te preocupes por mí, ¿Okey?

— De acuerdo — Comenzamos hablar de todo, especialmente le hablé sobre esa pareja. Al principio ella no respondió pero a los minutos lo hizo. — Se ven que son...

— ¿Buenos padres? Supongo — habló, tomó un pequeño cuaderno junto con su bolígrafo, ¿Que hará?. — ¿Puedo?

— Claro — dejé de molestar cuando Elsa empezó a escribir. No quería molestarla porque noté que estaba toda su concentración en aquella... ¿Carta podría ser? Tal vez. — Cuando termine de escribir esta nota, ¿Podrías llevarlo a unas personas?

— Dependiendo de quién se trate

— De mis padres — su respuesta hizo que mi mundo se detuviera. ¿Le pedirá una disculpa por medio de una carta?, ¿Es en serio Elsa?. — Solo que no lo leas, por favor.

— Tranquila

Seguimos conversando, el clima cambió mucho y estoy muy segura que en unos minutos lloverá y muy fuerte. Salí de la florería para meter la mesa y las dos sillas para que no se moje. Cuando regrese adentro me di cuenta que Elsa ya no estaba. Solo dejó la carta allí, ¿Dónde habrá ido?.

La lluvia empezó a caer, recibí un mensaje de mis padres indicándome que debería salir rápido para llegar a nuestro hogar. Tomé mi paraguas y Cerré con llave la tienda. Esperé a mis padres unos minutos, y a lo lejos ví que el auto ya estaba llegando. Me dirigí a él, cerré el paraguas y subí al auto de mis padres.

— ¿Cómo te fue? — preguntó mi mamá volteando a verme. — ¿Elsa llegó?

— Si — me acordé que la carta la dejé justo en la caja registradora, bufé por mi error. A lado de mi estaba una caja de regalo, obviamente es para Kristoff. Supongo que mañana debo estar aquí para esperar a Elsa. Aunque no sé si ella aún querrá ir conmigo.

Ayer no hice nada más que ver una serie y dormir. No pensé en Elsa porque hoy iba a verla, supongo... De hecho no tengo idea si la volveré a ver. Hoy es el cumpleaños de Kristoff, estaré unas horas aquí en la florería y después me iré. Cómo hace mucho frío, opté por ponerme una sudadera azúl, es la única que tenía y me gusta ese color.

También pensé que tal vez Elsa llevaría la misma ropa de siempre, su blusa de cuello de tortuga de color azul y su saco negro. Podríamos combinar.

Sobre la carta ya la tenía guardada, le pedí a mis papás que lo cuidaran bien y que no lo leyeran porque era la privacidad de Elsa. Espero más al rato poder hablar con Ella.

Salí de la tienda con el regalo de las manos, me senté en la silla y esperé. Los primeros minutos pasaron y Elsa no llegaba. Bufé por el hecho de que ella sea un poco irresponsable, ¿En serio no usa un teléfono? ¿Que lógica tendrá?

— Hola — saludó Elsa. Si, traía lo mismo pero no me molestó, fue al contrario. — Tu sudadera es muy bonita, me gusta el color.

— Gracias — sonreí. Me levanté para caminar hacia la dirección donde Kristoff nos citó a todos.

— Deberías despedirte de tus padres, Anna — comentó Elsa, me detuve y volví a la tienda para despedirme de ellos. Me desearon buena suerte como unos buenos padres, volví con Elsa y empezamos a caminar. — ¿Está muy lejos?

— ¿Ya no te gusta caminar? — pregunté con un poco de molestia. No entiendo por qué pero me siento molesta, ¿Es por el hecho de que llegó tarde?

— Creo que... Ya nada — susurró y siguió continuando a lado mío.

En el trayecto no hablamos ni nada, solo éramos como unas desconocidas apenas conociéndose.
Faltaba unas cuadras para llegar a lugar, me di cuenta que era la calle donde había visto un establecimiento de pizzería. Mi amigo siempre quiso ir ahí porque te daban la pizza gratis por tu cumpleaños, además de los juegos y la diversión que hay en el.

Cuando estuvimos en el lugar, las dos entramos. Buscaba a mi grupo de amigos y a lo lejos los encontré. Estoy muy segura que todos adornaron el lugar, pues quedó muy bonito. Caminé hacia ellos y voltee a ver si Elsa estaba conmigo, pero no lo estaba.

Estuvo cuando entró conmigo, ¿Dónde está ahora?

— ¡Anna! — mi amigo salió corriendo para abrazarme. — Pensé que no ibas a venir, ¿Cómo estás?, ¿Tienes hambre?

— Feliz cumpleaños — comenté alejandome de el y entregado su regalo. — Espero que te guste.

— Que bueno que veniste sola, solo somos nosotros — sonrió señalando a nuestros amigos.
— Es como una reunión familiar.

— De hecho vine con una chica, su nombre es Elsa pero creo que se fue — le dije volteando a ver por todas partes para encontrarla. Kristoff tomó mi mano y me llevó hasta mis otros amigos, saludé a cada uno y me senté a lado de Rapunzel. Todos estaban felices porque había llegado, no hay ninguno que no haya dicho nada malo.

Empezamos hablar sobre los recuerdos cuando estuvimos todos juntos en el primer año, sobre la caída de Mérida, la pelea de Rapunzel o cuando fue la fiesta de bienvenida.

Un mal sabor de boca me dejó aquella plática. Aún no supero todo pero creo que los demás sí.

— ¿Cómo dijiste que se llamaba esa chica?, ¿Elizabeth? — preguntó Rapunzel intentando adivinar el nombre de la albina.

— Elsa

— Si, tenemos algo que decirte sobre ella...

Una vez más, el silencio y el miedo volvió en mi.
¿Que tendrán que hablarme sobre ella?

𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora