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—No pensé que me encontrarías aquí. —fue lo que dijo Jimin cuando Seokjin apareció en la puerta de la casa de su hermana mayor, en donde habían pasado la última navidad como una pareja incipiente, con el amor del rubio rozando sus paredes pero nunca entrando, con la ilusión de ambos recorriendo sus cuerpos. Ahora Jimin se veía pálido, pero en sus ojos no había sufrimiento, más bien aceptación, como si supiera que esto era lo correcto.

Como si compartiera el sentir de Jin.

—No estabas en tu casa. Ni donde Hoseok. No te ibas a aparecer donde Yoongi... éste era el pensamiento lógico.

—No creí que me conocerías lo suficiente para saber mi unión con mi Jaehyun.

—Estuve un año contigo, Jimin. Claro que conozco lo mucho que amas a tu hermana. —intentó el dolor en su voz no fuera tan potente, porque no tenía derecho a sentirse triste, ni actuar como una víctima, pero ese ataque había sido bajo.

Jimin también lo supo, porque suspiró con los ojos llorosos y luego le hizo entrar a la casa, dirigiéndolo rápidamente a la habitación de invitados que ellos habían compartido esas mismas fiestas que recordaba con cariño en ese momento.

Había sido feliz.

Jimin también debía serlo.

—Perdón... no puedo tirarte esas mierdas para herirte y sacarme un poco lo que me duele del corazón a mí, porque no es algo bueno. —Jimin cerró la puerta detrás suya, pero no hizo el amago de acercarse a Jin, ni hacer nada. En cambio, Jin tomó su muñeca y lo arrastró a su pecho, abrazándolo fuertemente y transmitiéndole todo su sentir con sus brazos a su alrededor.

—Te quiero mucho, Jimin. —fue lo que dijo, sus manos acariciando su espalda y su olfato permitiéndose guardar los indicios de este hombre, porque era un recuerdo hermoso. Un recuerdo feliz.

Sus ojos también comenzaron a lagrimear, y soltó un sollozo que recorrió su cuerpo y que hizo que Jimin riera.

—Siempre pensé que cuando fuera el momento de terminar, nos gritaríamos de un rincón de la habitación a otro, nos lanzaríamos objetos contundentes y yo iría a demandarte por violencia doméstica.

Jin se alejó de Jimin y lo miró con pánico en sus ojos, sorbiendo por su nariz roja. —¿Por qué creíste esa estupidez, Jimin?

—¡Por qué he visto demasiadas películas románticas que terminan así! —dijo riendo, sus ojos achinándose al punto en que probablemente no veía nada. Sus palabras habían aligerado el ambiente, aunque Jin todavía no lo soltaba: sus brazos se sentían cálidos a su alrededor, y sabía que Jimin sentía lo mismo. —Además, tu eres demasiado temperamental para tu propio gusto.

—¿Temperamental, yo?

—Sí, sí, muy controlado en tu trabajo y tu como padre de Kookie... pero ¿tu como pareja? —dijo riendo. —Los eventos recientes me lo confirman.

Temperamental e impulsivo. El solo aparecer de Kim Taehyung había confirmado ello.

Jin suspiró. —Jamás te lanzaría algo para golpearte. Dios, ni siquiera haría algo que catalogara como violencia doméstica.

—Sí, pero un poco de exageración no hace mal. —se burló el rubio.

Jin sabía que estaba hablando de cosas triviales para hacer menos doloroso el momento, y estaba funcionando. Seokjin acarició el cabello de Jimin, el cual estaba largo y lacio. Hermoso, como siempre.

—¿Estás enamorado de él, Jinnie?

—Creo que nunca dejé de estarlo.

—Siempre lo supe. —confesó Jimin. —Nunca te había dicho esto, porque me hacía sentir estúpido e inseguro, y no quise materializar mis miedos... pero a veces, cuando soñabas... decías su nombre, por lo que cuando apareció en el funeral, yo sabía que él era importante para ti.

Glimpse of us [Jintae/Taejin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora