Sacrificio.

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—. ¡Papá!

—. No grites cariño, estoy aquí.

—. No vas a creer lo que Wendy acaba de hacerme frente a la gente del pueblo. — se apresuró a decir Mark al llegar donde su padre, intentando empujar a su hermana lejos, para así tener la oportunidad de hablar.

—. ¿Qué hizo? — Cuestionó Lord Jaehyun.

—. ¡Me obligó a ponerme un vestido frente a todos! ¡Dios! ¡Acabo de pasar el peor bochorno de mi vida y nuestra madre no ha pensado en castigarla!

Jaehyun alzó una ceja en dirección a la joven, la cuál, sólo se encogió en su lugar, ya que, sí bien su madre solía mostrar preferencias sobre ella, su padre actuaba lo más justo posible.

—. Si no fuese por el hijo del duque Lee, aún estaría haciendo el ridículo.— sollozó el menor, mientras que su padre ponía un rostro serio.

—. ¿Duque Lee? ¿Lee Taeyong?

—. Eso dijo el chico.

—. ¡WENDY JUNG!... — la. Joven dio un salto en su lugar— ¡¿Acabas de avergonzar a tu hermano frente a un Lee?! Y lo que es aún peor... ¿Hiciste que un Lee lo ayudara?... De seguro Taeyong debe estarse riendo de nosotros en estos momentos... Estás castigada, no hay baile, no hay salidas al club social de señoritas, no hay visitas de Irene ni de Rosé, hasta el bochorno que esta humillación me dejó se apacigue.

Mark sonrió, sin embargo, quiso hablar a favor de su salvador.

—. La verdad, padre... Es que creo que ese chico no sabía de qué familia somos. No nos preguntó, él sólo pidió el vestido que Wendy forzó que me pusieran. Mencionó que era de su hermana, pero al verlo destruido... Simplemente se marchó.

—. Ve al centro y compra el vestido más caro que encuentres... La familia Jung JAMÁS estará en deuda con los Lee.
Mark algo confundido acató la orden de su padre...

Una vez cumplida su misión, haber escogido el vestido más bonito y  pedido ciertas indicaciones para llegar a casa de los Lee, lo logró.  Llamó a la puerta un par de veces, hasta que una señorita salió.
Mark escuchó gritos desde adentro.

—. ¡Vuelve aquí! ¡Si tu padre te ve ambos seremos carne muerta!
—. ¡Sólo veré si funciona!

La puerta se abrió y desde atrás de ella, apareció una linda jovencita de una cabellera larga y morena.

—. Hola guapo, ¿en qué puedo servirte?

Mark por un momento se perdió en su belleza, era más baja que él, de piel canela, dientes de conejo (que a su parecer eran bastante tiernos) y unos labios rojos en forma de corazón que hicieron el suyo latir con fuerza.

—. Yo...yo,

—.¡Doyoung, sólo era un chico vendiendo juguetes! Lo siento cariño, pero en esta casa no hay niños y nosotros ya no jugamos con eso...

—. ¿Qué?... NOOO, Yo venía a dejarle esto... — estiró hacia la chica el paquete que traía en sus manos, —Hace un rato su hermano me defendió en la plaza del pueblo, pero yo terminé arruinando el vestido que... Supongo era para usted, señorita Lee. — se apresuró a decir.

Hyuck palidecio, pero recibió lo entregado por el joven.

—. Oh, sí, él me contó sobre eso... — respondió la joven con nerviosismo. — Pues, él no se encuentra en estos momentos, pero te lo agradezco en su lugar... Y ahora, si me lo permites; me debo retirar, estoy algo apuradoooaa, apurada, sí, estoy apurada jajaj. ADIOS. — finalizó cerrandole la puerta en la cara.

𝕽𝖔𝖒𝖊𝖔 𝔂... ¿¡𝕵𝖚𝖑𝖎𝖊𝖙𝖔!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora