Yeʟʟᴏw [𝐨.𝐬.] JᴇᴏɴɢMɪ ©

ʏᴇʟʟᴏᴡ -ᵘ́ⁿⁱᶜᵃ ᵖᵃʳᵗᵉ-

Yoo Jeongyeon y Myoui Mina eran muy buenas amigas desde hace ya cuatro años y, en verdad que lo eran.

Por una parte, Jeongyeon, la mayor entre las dos, era una persona que constantemente solía tener problemas en casa, pero no porque ella fuera la principal culpable de que aquello sucediera, sino por su padrastro, quien cuando llegaba a casa golpeaba a su madre y ella con la impotencia de no poder detenerlo terminaba escapando de su casa.

A veces escapaba con su guitarra e iba a la orilla del mar para seguir con la letra de la canción que aún le faltaba por terminar, le relajaba la sensación de la fresca brisa y aunque fuera raro se inspiraba más cuando pasaba por aquello.

Pero otra de las cosas que hacía y en lo que recurría mayormente, era en ir en busca de Mina por las noches para irse a ver las estrellas junto al mar.

Una de sus cosas favoritas en su vida era pasar el tiempo con Mina, su amiga quien no dudaba en darle la mano para acompañarla en cualquier cosa por la que pasará.

Aceptaba que a veces la trataba mal por todo lo que se guardaba dentro de sí misma, y que sabía perfectamente que aquello no está bien. Le impresionaba que a pesar de todo lo que pasaba entre ambas ella seguía a su lado.

Estaba tan agradecida por eso y la quería tanto que se juro a ella misma no volver a desquitarse con Mina, por sus problemas.

Era su única amiga, y no se permitirá perderla por su culpa, porque no tenía a nadie más y con esa linda chica no le faltaba nada. Lo era todo en su vida.

[...]

Perspectiva Jeongyeon.

De nuevo la historia se repite...

Adolorida en el suelo de la sala sin siquiera tener la fuerza de levantarme y enfrentarlo, para poder defender a mi madre.

Él intentando tirar la puerta para entrar al cuarto donde estaba mi madre asustada.

Por el hombre al cual no quería ponerle una denuncia porque salía con el cuento de que el si nos quería...

Iba a intentar levantarme pero mi cuerpo adolorido no me lo permitía.

─ Mmh~ mierda esto d-duele, duele ─ jadeo debido al dolor.

Pude visualizar la silueta del hombre frente a mí quien comenzó a reír.

─ Levántate! Qué sigues haciendo ahí inútil?!! ─ pateó a la altura de mis costillas, haciéndome caer nuevamente al suelo.