CHAPTER 11.

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Advertencia. Éste capítulo contiene escena erótica/sexual; si no es de tu agrado, puedes saltarla hasta éste pequeña figura: ♥︎.

Tal cómo YiBo lo prometió, iba a escuchar toda la versión de su problema con A-Zhan, quién al final pudo comer con tranquilidad aunque ya ni siquiera era una prioridad, pues ese hambre se había ido para ser reemplazada por ese incesante sentir de sus mariposas revolotear en su estómago.

A pesar de que ambos habían hablado brevemente en el camino hacía ese cibercafé, cuándo estuvieron en esa habitación iluminada de manera extraña, no supieron cómo debían comenzar.

El bucle ya ni siquiera estaba presente en sus conversaciones, ahora, lo fundamental para ellos era simple y sencillamente arreglar ese lío que en todos los ciclos tenía que estar en acto de presencia.

Estaban sentandos uno al lado del otro en la blanda superficie; el arrebol apenas era visible a través de las cortinas cerradas de ese mediano cuarto, pues todavía no se terminaba de anochecer, y ellos podrían jurar que era el día restante más largo de todos los reinicios por los que habían pasado.

—Ah... ¿Por qué tuvimos que venir acá?— Zhan inquirió primeramente por el incómodo silencio.

—Para hablar.— Dijo. —Pero no sé cómo empezar realmente...

—Sólo quiero que me escuches por un momento.— Formuló, entrando en cierta emoción benevolente con sus palabras pero a la vez con alerta. Así que al recibir el rostro cálmado y el asentimiento persistente de cálidez por su parte antónima, fue que inició. —Sin embargo, quisiera preguntarte... ¿Por qué no confíaste en mí desde un principio?

—...Estaba dolido.— Aceptó, completamente avergonzado por esa grande estúpidez cometida. —Sé que ni siquiera es excusa; pero ella... hizo tantas cosas que al final me hicieron distanciarme de tí por tanto.

—Cosas... ¿Cómo esa fotografía?— Empezó con la duda breve. Si sólo era por eso, entonces no podría creerlo. —¿Sólo por la foto desconfíazte de mi hasta éste punto?

—La fotografía fue la detonante, Zhan.— Interrumpió, bajando su mirada a las manos del nombrado, las cuáles se lástimaban entre ellas, así que las detuvo, posando sus palmas encima. Suspiró. —Antes me dijo más, cómo que estabas con HaiKuam. Jamás las creía, no hasta que buscaba la más mínima oportunidad para distorsionar algo y así mostrarmelo.

—¿Qué eran esas distorsiones?

—Audios, fotografías, registros de tantas cosas absurdas a las que les gano por haberlas creído.— Se mofaba de sí mismo, y no era una broma, simplemente se sentía cómo la escoria. —Después de que terminamos por la última foto, una parte de mí me decía que era mentira; y yo empecé a seguirte a ciertos lugares porque esa era la única manera en que te podía ver sin pelearnos más.— Hablaba conforme a lo que realmente hizo, nada era omitido. —Pero cuándo yo te veía estar con él... era que volvía a creer en Cheng Xiao.

—Estaba con él... porque era el único Alfa que podía darme al menos un poco de cálma para mi bebé.— Musitó. —Soy cómo su hermano pequeño, ¿Cuántas veces intentó ir de una vez por todas para golpearte las veces que te veía con algún otro Omega? Porque... nunca era con Cheng Xiao.

—Porque yo jamás la hubiera volteado a ver, incluso si nunca hubieses aparecido tú en mi vida.— Esbozó con honestidad. Todo lo que Xiao Zhan decía en una mezcla de enterneción y reproche le inundaban la mente para hacerlo odiarse más por haberlo lástimado tanto, por una sencilla extra. —Nunca. Y yo me odio tanto, porque no estuve contigo cuándo sufrías por mi culpa.

Stuck In Time. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora