— Está destruyendolo todo. — Bouboo afirmó.
— ¿Y las llaves?
— Aquí están.
— Damelas! —
— Zhan! No deberías entrar... no sabes como es cuando se pone histérico.
— Da igual. En un momento lo sabré.
Jackson se interpuso en su camino. — Es en serio. Te podría disparar ... El se enceguese totalmente.
— Pues vamos a ver si lo va a hacer. Quitense de mi camino.
Jackson se removió.
Zhan entró y a diferencia de lo que esperaban cerró la puerta tras el.
— Tu... Largo! No quiero ver a nadie.
— ¿Qué es lo que te pasa?
— Largo! — Yibo gritó, su voz hizo eco por todo el espacio. Zhan sintió que se podía balancear hacia atrás. No conocía este lado de Yibo... Era un poco intimidante... Totalmente oscuro.
— No! — Fingió que no se inmutaba. — Sí quieres que me vaya... Tendrás que sacarme. Sacarme de la mansión y de tu vida.
Yibo soltó una carcajada y caminó por su alrededor. — ¿Te crees tan feroz? ¿Crees que puedes contra mi?
Zhan pasó entero cuando la mano de Yibo se posó sobre su cuello y lo apretó muy leve, pero lo suficiente para sentir la presión. — Aquí el que da las órdenes soy yo! Aquí se hace lo que yo digo. — Zhan sintió la columna de la pared presionandose detrás de el... Su piel se erizó. — Y Yo digo... Que tu no te vas a ningún lado. — Yibo mordió su mentón y su cuello. — Sí tengo que amarrarte. Incluso cortarte las piernas... Lo haré... — Sorbio y después lo miro de forma macabra.
Zhan se burló de él sin dejar de mirarlo fijamente aunque por dentro se estaba derritiendo. — Incluso si me cortaras las piernas... — Posó su mano en la mejilla del castaño, el cual cerró lo ojos buscando más contacto. — Incluso así... Si yo quisiera irme, lo haría. Mientras tenga vida, haré lo que yo quiera... — Yibo se apartó de la caricia... y ahora.
— Pues no... No, Xiao Zhan. Yo encontrare la manera!... No iras a ningun lado. — Zhan vio su mirada envenada y de alguna forma su miedo se disipó un poco.
— Escúchame... — Rodeó al castaño con sus brazos. — ¿Quién te dijo que yo quería irme de tu lado?...
— Mientes.
— No lo hago... Solo que en realidad... Hay una condición de mi parte...
— No... Sin condiciones. — El gruñó contra sus labios. —Finalmente liberó el cuello de Xiao Zhan y empezó a acariciarlo levantandolo contra la pared.
— Si.... Hay una... Una muy importante...
— Xiao Zhan!
— Hay un pequeño ... o pequeño Wang dentro de mí! Sí me quieres, tienes que aceptar el paquete completo. Si me quieres... Lo quieres... De otro modo, hagas lo que hagas, me iré de aquí.