Two Loves | KookV♡

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Jueves. 🏕️

—Este es el Pinus koraiensis, o mejor conocido como pino de Corea —explicó el guía—. Crece en los bosques de montaña y puede alcanzar una altura de cincuenta metros.

Seokjin decidió que, para el último día de campamento, se inscribieran a un recorrido guiado por el sendero de la montaña. Todos estuvieron de acuerdo con la idea y desde muy temprano emprendieron su camino celebrando el espíritu de aventura.

Mientras el guía hablaba, Taehyung observó en dirección a su hyung y notó que se encontraba realmente concentrado en la explicación sobre la flora del lugar. Deseó gozar de ese mismo estado de concentración, pero, a pesar de sus esfuerzos por escuchar, su mente se mantuvo ocupada con otra clase de pensamientos.

Aún se percibía a sí mismo en un pequeño estado de shock por lo sucedido durante la noche; nunca imaginó que podría sentir una necesidad física tan fuerte por alguien, pero Jungkook consiguió reacciones muy intensas en su cuerpo con sólo un par de caricias.

Discretamente miró al azabache que caminaba a su lado y su corazón dio un vuelco, pues la luz del día hizo que los recuerdos se sintieran más fuertes y vívidos. Jungkook se giró al sentir la atención sobre él y le dedicó una sonrisa bonita que consiguió teñir las mejillas de Taehyung de un tono carmín.

Ese sutil sonrojo lo atribuyó a sus sentimientos por él y no al hecho de estar apenado, ya que, como le prometió, las cosas no se sintieron raras o incómodas en la mañana.

Al despertar entre sus brazos, Jungkook no hizo ningún comentario que pudiera avergonzarlo, ni siquiera se atrevió a bromear sobre sus evidentes celos por Mingyu, solamente se dedicó a besarlo y darle los buenos días de esa forma especial que ambos adoptaron.

Taehyung agradeció que Jungkook fuera tan educado y dulce, porque de otra manera se encontraría hundido en una bruma de pensamientos oscuros y vergonzosos. Abrir su corazón a alguien de la forma en que lo hizo con el azabache no fue sencillo, pero permitirle cruzar la línea de intimidad fue un gran logro para sí mismo.

—Nos detendremos aquí para nuestra actividad de clasificación de bayas.

El guía dividió a las personas que realizaban el recorrido en varios grupos para poder desarrollar la actividad cuando se detuvieron en un prado en medio del bosque. Por fortuna, Taehyung quedó con Seokjin, mientras que Jungkook, Jaehyun e Irene tuvieron que hacer equipo con desconocidos.

Taehyung se sentó sobre la hierba y tomó el primer grupo de bayas, eran redondas y de un bonito color rojo. Aunque él no sabía nada de botánica, pensó que cualquier cosa que se pareciera a una cereza tendría que ser comestible. Sin embargo, en cuanto estuvo por colocarlas en el recipiente con la etiqueta de la carita feliz, su primo le lanzó una mala mirada.

—Son bayas de acebo.

El nombre de la baya no le dijo nada en realidad, así que se quedó expectante a la explicación de su hyung, quien entornó los ojos con ligero fastidio.

—Tienen un compuesto tóxico —resopló—. ¿Qué les enseñan a los niños en las escuelas ahora?

Al parecer, nada sobre la supervivencia. Taehyung sonrió tenso y las colocó en el recipiente con la etiqueta de calavera.

«Nota mental: No todo lo que parezca una cereza es comestible.»

Continuó clasificando bayas, o al menos, intentándolo, ya que solo pretendía examinarlas a detalle hasta que Seokjin se exasperaba de verlo y le decía en qué recipiente iban.

Estaba a punto de terminar cuando escuchó la característica risa de Jungkook y dirigió su atención a él. Estaba sentado del otro lado del prado y bromeaba sobre algo con el chico desconocido a quien el guía asignó como su compañero; eso de inmediato lo hizo sentir irritado.