Capítulo XXIV: El Final

114 10 1
                                    

Les recuerdo que el grupo favorito de Radamanthys es Queen :D


~°~°~ Capítulo XXIV: El Final ~°~°~

Abro mis ojos y me fijo en tu espalda, en tu cabellera larga y oscura, una tonalidad causada por la humedad. La luz tenue, ¿de dónde viene? no lo sé, y no me importa. Estoy aquí, contigo, es lo único que aprecio. Tanto tiempo, ¿Cuánto ha sido? No lo sé, lo ignoro, no recuerdo siquiera cuales son las leyes más importantes que imperan el universo, solo quiero vivir y desaparecer contigo. Te veo, no me ves, me acerco, te quedas estático. Los ruidos tenebrosos de las olas que golpean contra las rocas se vuelven melodía al saberte aquí, conmigo.

Te abrazo, te percatas de mí. Veo tu rostro, soberbio, sereno, tus largas pestañas y tus ojos color cielo, tu olor a encino y tu sabor a mar, una combinación que hace explotar a mi ser. Blanqueas mi razón, mis manos se estremecen al saberse explorando tu piel de aceituna, pintada por el azaroso sol de Grecia, mis labios, tiemblan de ansiedad y con vigor me como los tuyos. Ya no puedo aguantarlo más. Nos desenvolvemos, nos rompemos la piel desnuda en la arena. Tú te montas, y yo funjo como montura hostil, lamiendo el arnés. Sin ti yo no puedo encontrarme, sin ti ya no soy, sin ti yo...

Abrió los ojos con miosis pupilar, atónito, respirando agitadamente entre las sábanas delgadas que se enredaban en sus piernas. Sudando, jadeando por el sueño o por el pegajoso calor del fin de verano. Ya era tarde, se percató al ver el reloj una vez incorporado sobre su cama. Se percató de lo que su psique acababa de mostrarle, tan vívidamente que hasta lo creyó real, lo sintió real. Se sostuvo la cabeza con sus manos, fuerte, rechinó los dientes, resaltaban sus colmillos. Contuvo el aire en el pecho, pero ya no, no era suficiente. Abrió la boca grande, la quijada podría desprenderse, a través de sus dedos que tapaban sus orbes cerrados, goteaban hileras de lágrimas.

Gritó, al fin gritó, sacó todo de su apretujado pecho en forma de sonido vocal, gutural, como un dragón. Fuego, fuego de furia, frustración y tristeza.

Por qué, por qué, por qué, por qué. Por qué todo esto ocurrió. Me pesa todo, me pesa el alma, ya no puedo seguir así, lo veo y quiero que me recuerde, quiero que todo sea como antes... como antes... ¿Hacer nuevas memorias? ¿Para qué? Soy un extraño para él. Quiero olvidar, quiero olvidarlo todo. Me duele, me quema.

Se abrazó, sosteniendo sus hombros, con fuerza. El remolino de pensamientos vertiginosos le atormentaba las sienes. Se cobijó en posición fetal, y sacó todo lo que había estado aguantando por un largo tiempo.

~°~°~~°~°~~°~°~~°~°~~°~°~

Desde el viaje a las aguas termales, la comunicación entre ellos disminuyó, era más cortante. Saga le recriminó que no era lo suficientemente agradecido con el rubio. Discutieron, ¿cómo podía demostrar lo agradecido que estaba? El mayor de los gemelos insistía que a pesar de que Radamanthys estaba indiscutiblemente dispuesto ante las necesidades de Kanon, éste, al contrario, no cumplía con las del otro. Salían a diferentes actividades y compartían sus gustos y disgustos, había comunicación y siempre que Radamanthys viajaba a Inglaterra mantenía el contacto.

Lo tenían todo ¿no?, bueno, todo menos la confianza de la intimidad: sexo. Aquella atracción mágica y pasional había desaparecido. Lamentablemente, aunque el menor de los gemelos se esforzaba, no podía; había algo que le impedía expresar al hombre que, en teoría, era su novio.

Se reencontraron. Como parte de las celebraciones del Equinoccio de Otoño, se realizó la clausura de las clases de natación en la Piscina Olímpica. Las actividades eran dirigidas para motivar a los jóvenes a seguir entrenando y a involucrarse en el ámbito del deporte. Competencias individuales, grupales, premios, medallas y el caluroso alborozo de las familias, amigos y demás público.

Drákos AgóraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora