Capítulo 20: los Shadow.

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Apenas ingresamos a la ciudad de Shopal, los aldeanos buscaron rápidamente una posada y me alojaron en ella junto a otros aldeanos que fueron junto a mí.

Estuve todo el día postrado en cama sin poder moverme, a excepción de mi cabeza la cual solo la podía mover de un lado a otro unas cuantas veces antes de sentirme cansado. Luego, llegó la noche y dormí sin mucha dificultad.

Al día siguiente me desperté temprano, el sol ni siquiera había salido y ya me encontraba despierto, al momento siguiente de despertar, moví mis dedos. Una sensación de felicidad y logro me invadió desde los más profundo de mi ser, muy pocas veces me había sentido tan feliz.

Cuando Sela entró a mi habitación en la mañana, le conté lo que había pasado unas horas atrás. Ella me pidió que se lo mostrara y lo hizo. Una sonrisa se dibujó en su rostro y llamó a Marlon.

Sela le mostró a Marlon los escasos movimientos que podían hacer mis dedos, aun así él sonrío al igual que Sela y la abrazó fuertemente mientras derramaba alguna que otra lágrima y reía alegremente. Sin embargo, aquella risa fue parada segundos después por la encargada de la posada, que había visto el día anterior, pidiéndole a Marlon que se callara porque molestaría a los demás hospedados en la posada.

Marlon se fue de mi cuarto unos minutos después luego de charlar con Sela.

Sela se quedó en mi cuarto procurando de que no me pasara nada malo. Me pasé las horas mirando afuera por la ventana hasta que llegaron unas madres con sus hijos. La razón era porque sus hijos no paraban de insistirles que querían verme a pesar de las palabras de sus madres, los niños seguían insistiendo y las madres cedieron ante sus hijos llevándolos hasta mi cuarto para que me vieran.

Cuando entraron, moví mi cabeza para verlos.

"Bueno, como no me puedo mover ni puedo jugar con ustedes, que tal si les cuento una historia que recuerdo, ¿les parece bien?"

Los niños me escucharon y se sentaron alrededor de la cama para escucharme.

"Entonces, pido silencio y que escuchen atentamente, pues si no la escuchan bien no van a entender. La historia se llama 'Blanca Nieves y los siete enanitos' y empieza así: érase una vez una joven y bella princesa..."

Les conté el cuento de Blanca Nieves y para cuando terminé, ellos me pidieron otra así que les conté 'Alí Baba y Los Cuarenta Ladrones'. Estuve unas dos horas contando cuentos hasta que las madres decidieron que no más notando un poco mi cansancio el cual me esforzaba por ocultar, y se llevaron a los niños. Poco después de que se fueran, me dormí.

XXX

Dos niños, una niña y un niño, caminaban junto a su madre por las concurridas calles de Shopal mientras hablaban entre ellos.

"Me gustó cuando Blanca Nieves se despertó por el beso del príncipe"

"A mí me gustó Alí Baba engañó a los cuarenta ladrones. Jajaja, me gustaría algún día engañar así"

La madre oyó esto y le pegó en la cabeza.

"Auch"

"No debes hacer eso Brett, nunca debes hacerlo. De lo contrario, enfrentarás un juicio en lo Divino hecho por las Celestiales"

El niño tragó saliva y agachó su cabeza.

"...Si madre"

Los tres siguieron caminando mientras la niña miraba a su hermano con una expresión burlona.

"Te regañaron. Jejejeje"

La niña, soltó una breve risilla y paró cuando vio que su madre la miraba fijamente mientras caminaba.

El surgimiento de un guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora