El suave pulso de su mano pasar por la pintura le hizo sentir frustrado, la poca imaginación de su propia mente comenzaba a causar problemas en las magníficas obras que aquellos dedos deseaban crear y el rostro tan tallado de Kim Taehyung tenía que ser tal cual.
Una sonrisa se dibujó en su angelical rostro al alejarse solo unos metros, observando la pieza aún a poco terminar, la viva imagen de aquel ser sobre el suelo, con las lágrimas brotando y las pequeñas heridas en sus mejillas provoco que su propia serotonina suba.
Maestro Kim.
Lo suyo es el Concepto de arte oscuro, demostrando la cruda realidad en la mente de un retorcido Jeon Jungkook, queriendo dejar casi boquiabierto a su maestro de Artes Visuales.
Cada mañana, cada tarde le veía portar aquel traje tan caro. Dejando ver en su propia imaginación las manchas de sangre que deseaba dejar en su pulcro saco de vestir.
Las veces que su caliente taza de café rodeaba los dedos bien cuidados de esté, las veces en donde le observaba reír a las afueras con un programa de TV.
La sensación de estar haciendo algo malo jamás se instaló en su pecho, y el radical cambió que tomo una vez tuvo cerca a su Musa, no pudo explicarlo con graves y altas palabras.
La primera vez que ambos cruzaron palabras, fue esa clase de Arte conceptual. Dónde ambos recrearon el precioso cuadro del grito.
Día de lluvia torrencial, y un Jungkook empapado entro al salón maldiciendo. Una vez notó a su nuevo profesor de pie, portando su limpia camisa blanca con aquellos pantalones negros que se ajustaban a los muslos de esté.
Su corazón por primera vez sintió algo.
El corazón que creía muerto.
Los orbes color miel y la expresión de seriedad con la que le recibió logro congelarlo, provocando que una suave risa escapara de los labios opuestos.
Lo de su alrededor fue en cámara lenta, viendo como este le brindaba palabras que no pudo escuchar por su estado de trance.
Usted me convirtió en esto.
ESTÁS LEYENDO
Innocent | KookV.
FanfictionMi obsesión por poseerte provocan que mis manos piquen, usted es tan culpable cómo yo. Sus preciosas pestañas y aquella sonrisa de Ángel caído despertó un deseo enfermizo. 𝙋𝙧𝙤𝙛𝙚𝙨𝙤𝙧, 𝙫𝙚𝙣𝙜𝙖 𝙖 𝙢𝙞 𝙚𝙨𝙩𝙪𝙙𝙞𝙤 𝙙𝙚 𝙥𝙞𝙣𝙩𝙪𝙧𝙖. ⌑ T...