ADVERTENCIA: Contenido erótico.
Mentiría si no dijera que quedé asombrado por el aspecto de Peter Pan la primera vez que lo vi, era tan llamativo que hubiese creído que un ser celestial visitaba el taller de Norte. El hecho de que me permitiera amarlo me hacía sentir afortunado, pero imaginar que me cedería el permiso de tocarlo como me placiera era imposible de describir.
—¿Estás seguro de esto, Peter? —pregunté todavía con duda.
Una ligera carcajada salió de sus labios y colocó sus manos en mi sudadera, me tomó desprevenido la rudeza del acto.
—Mierda, sí —dijo atrayéndome más.
Sus labios chocaron con los míos, abrí los ojos con sorpresa ante lo salvaje de sus movimientos. El sonido de nuestros labios y lenguas chocando hacía que mi respiración se entrecortara, sentí mi piel erizarse.
Sus manos dejaron mi sudadera para deslizarse por mi torso, me sobresalté cuando sentí la calidez de sus manos bajo la tela. La yema de sus dedos vagaban por mi pálida piel, me aclaré la garganta intentando dejar de sentirme sofocado.
—¿Quién eres tú? —susurré.
Lo miré con incredulidad, incapaz de creer que mi pequeño Peter pudiese tocarme con tanta seguridad. No era posible que mi niño del bosque fuese aquel chico con manos inquietas, definitivamente mi Peter no dirigiría sus manos a mi trasero.
—Oye —me quejé alejando su palma—, deja ahí.
Peter juntó sus cejas en un claro gesto de molestia, sus labios casi hicieron un puchero.
—Pero quiero tocarlo, me gusta.
El color apareció en mi rostro al escuchar ese cumplido, me ponía nervioso que lo dijera específicamente en ese momento.
—P-Pero no deberías —logré decir—, se supone que yo tendría...
Peter rodó los ojos, un resoplido salió de sus labios.
—¿Acaso soy demasiado para ti, Frost?
Abrí la boca y alcé ambas cejas escéptico, me pregunté si acaso estaba jugando con mi vena competitiva. Quizá buscaba ofender mi ego y había funcionado.
—Te arrepentirás de eso, Pan —lo amenacé en voz baja.
En un movimiento había cambiado nuestras posiciones, Peter estaba recostado mientras yo estaba sobre él. Sus ojos se abrieron de manera desmesurada, colocó ambas manos en mi pecho tratando de mantener distancia.
—¿Qué es esa cosa? —dijo con voz temblorosa.
—Yo te estaba cuidando de esa cosa.
Reí mientras deslizaba las manos hasta sus piernas, logrando colocarme entre ellas. Mi garganta se secó cuando sentí la presión de la entrepierna de Peter, algo dentro de mí se sacudió haciendo que mi temperatura aumentara.
Coloqué ambas manos en el rostro de Peter, acunándolo, observé sus ojos verdes casi con devoción. A pesar de que mi lucidez parecía desaparecer conforme pasaban los segundos, seguiría cuidando del castaño y mantendría mi palabra.
—Si te sientes incómodo debes decírmelo, me detendré cuando tú quieras —le aseguré.
Pude ver que él sabía que estaba hablando seriamente, Peter asintió con certeza.
—Confió en ti, Jack.
Tal acto hizo que mi pecho se hinchara orgulloso, me acerqué una vez más para besarlo. La constante presión y roces de nuestros cuerpos me hicieron suspirar, Peter llevó sus manos a mi espalda intentando acercarme más a él.
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Travesuras en el Polo Norte (Jack Frost x Peter Pan)
FanfictionEn el momento en que su relación finalmente comienza, Jack Frost y Peter Pan no pueden apartar las manos uno del otro. Los guardianes se ven en la obligación de tener que desviar la mirada cada vez que eso sucede, el problema empeora con el pasar de...