Enemies in law (Fred Weasley)

Percy se revoluciona

Afrodita entró de la mano de su marido llena de orgullo. 

Todos se divertían afuera esperando la comida.

Subieron al cuarto de los gemelos, allí ella se quitó el vestido con prisas.

Fred la ayudó, igual que ella lo ayudó a él a desvestirse.

- Horas para esto, para que llegue el gracioso de Percy a llenarnos de tarta. ¡Me quedé sin tarta!

Fred sonreía, pero en cuanto ella lo miró, se puso serio y asintió.

- Impropio de él. Sí.

- Estoy llena de dulce.

- ¿Puedo probarte?

Afrodita se sonrojó - ¿Ahora?

- Ahora tienes tarta.

- Se me encrespará el pelo. Tenemos que ducharnos, ponernos otra cosa y salir.

- Al final vas a ir de rojo.

- Merlín, cierra el pico Fred.

Él hizo el gesto de cerrarse la boca con cremallera.

Ella se sentó - Percy ha manchado los trajes, Charlie ha guarreado la tarta, Ron ha empezado a gritar fiesta a todo el mundo borracho, los niños han llegado mojados y con barro, Ginny casi arranca las telas que ocupaban la ceremonia por estar volando con la escoba, Bill no ha parado de estar enfadado con Teddy, George no ha parado de correr por el lugar, tu padre y mi padre no paraban de chillar emocionados por cosas muggles, y no he parado de escuchar a mi madre poner nombres a nuestros hijos. 

Fred intentó hablar con los labios juntos. Se sentó al lado de su mujer, y ella hizo el gesto de abrirle la cremallera.

- ¿Y cómo te sientes? - preguntó.

- Ha sido una boda marca Weasley, sin dudarlo. Me esperaba todo incendiado antes de la comida y a Angelina llorando. 

- ¿Eso es bueno?

- No lo sé. Fue divertido.

- ¿No te molesta?

- ¿Estás de broma? Eres casi el rey de las bromas, sólo te falta la corona y ser el único. 

- Tendré en cuenta comprarme una corona y matar a George.

- ¡Fred! - le pegó en el hombro y empezó a reírse.

Fred sonrió de lado - Gracias.

Afrodita paró de reír, y lo miró confusa - ¿Por qué?

- ¿Cómo que por qué? Por todo. Me amas Afi, me amas y no sé por qué. Soy un fracaso estudiando, doy guerra todo el tiempo. Soy un problema con patas y pelo rojo. Tú eres todo lo contrario. Eres armonía y orden. Bueno, no así. Fuimos enemigos, luego amantes, y luego amigos y amantes. Estamos casados, ¿sabes? Y a pesar de mi familia, mi estatus, mi pelo, mi ropa, mi trabajo, mi personalidad, aquí estás. Me sigues amando. Y sólo te has quejado de que Percy se revolucionase justo cuando tu madre se fue de tu lado después de una larga lista de nombres de niños. 

- Dime una razón válida para irme de aquí, de tu lado, y lo haré. Pero de momento, todo lo vivido contigo, lo que estamos viviendo y lo que queda, es increíble. De pequeña todo me gustaba organizado y perfecto. La etiqueta, los modales, los cuentos de hada y los príncipes azules. Pero a pesar de todo, tan monótono, era aburrido. Tú me enseñaste a vivir, a disfrutar del presente. Y sin todo lo que tienes, familia, estatus, pelo, sangre, lo que tú quieras; todo eso te hace tú, y estoy orgullosa de haberte encontrado y haberme casado contigo. Porque no me imagino a otro ser con quien hacerlo.