Esa noche me fui a dormir con la cabeza frita de tanto pensar en mis opciones. Kiya me había dicho al despedirme que me tomara un descanso y lo volviera a meditar al día siguiente, quizás así las cosas se aclaraban.
Al llegar a mi habitación dejé mis cosas en mi rincón, me lavé los dientes, me puse el pijama y me desplomé sobre la cama. Serva dormía, o al menos fingía dormir. Eso era un agrado, ya que no me había perdonado del todo que abandonara la misión.
Estaba agotada, física y mentalmente. En la oscuridad no se me ocurría nada para pensar, todo parecía muy difícil con mi cabeza tan llena de problemas.
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A la mañana siguiente la directora me llamó a su oficina. Cuando llegué, estaban Nix y Serva esperándome en los sillones. La directora en su escritorio, como siempre.
—Buenos días, señorita Tórdiva— me saludó con enfado retenido— tome asiento, por favor.
Me dirigí al puesto junto a Nix. Ya me temía qué me iban a decir, estaba preparada.
—Señorita Tórdiva, Nix me entregó el informe de la misión de ayer— indicó la directora Pol— en este informe se explica que usted abandonó la misión sin informar ni a su compañera ni a su supervisor ¿Qué significa esto, señorita?
Tomé un respiro para prevenir los nervios. Le expliqué el proceso mental que me había llevado a decidir abandonar la misión para ir a salvar a Cecil.
—¿Y no pensó que informarlo a Nix podía ser la solución más efectiva?— soltó la directora.
—En ese momento, lo vi más como un fantasma profesional que como un amigo— admití— pensé probable que me impidiera abandonar la misión y que dejaríamos a Cecil a su suerte. No podía tomar ese riesgo, por eso me fui sin avisar— me giré y la miré directo a los ojos— directora, sé que lo que hice estuvo mal, pero entre completar la misión y salvar a un amigo, siempre elegiré a un amigo. Ahora sé que debí haberle dicho a Nix, que él hubiera salvado a Cecil mucho más rápido y eficientemente que yo, pero la próxima vez, la situación podría ser distinta y me veré obligada a tomar una decisión similar.
La directora suspiró, visiblemente hastiada.
—Al menos se tomó a pecho lo que le dije la vez anterior— comentó— debe cuidarse, señorita Tórdiva. Esta es la segunda vez que la encuentro infringiendo normas importantes de Krux Tavoi. Hemos expulsado a otros cadetes por menos... pero usted ha demostrado tener excelentes capacidades y gran potencial. Considérese afortunada de permanecer aquí. En cuanto a su castigo, se le prohíbe salir del territorio de la academia por dos semanas a partir de ahora. Además, su permiso asistir en misiones será revocado hasta que tome la prueba el próximo semestre.
Asentí con la cabeza.
—Está bien— musité con voz queda.
—Y una cosa más.
La directora se paró desde su escritorio, se acercó a mí, me puso una mano sobre la cabeza y con la otra me tomó una mano. Me miró con ternura, como si fuera mi abuela.
—Bien hecho, Lilianita. Arriesgar tu carrera y tu propia vida por un amigo requiere de un tremendo valor. Krux Tavoi necesita más sombras como tú... así que intenta seguir las reglas lo más que puedas ¿Bien? Creo que la mayoría de los silencios se molestarían en salvar a un cadete extra si se los pides durante una misión.
Sus palabras se sintieron como agua limpia después de un viaje por el desierto. A pesar de todo, al menos ella me entendía. Eso era lo más importante.
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La Helada Garra de la Muerte
AdventureSecuela de De las Sombras al Corazón. La Helada Garra de la Muerte continúa la historia de Liliana poco tiempo después del final del libro anterior. Esta vez, deberá probarse y entrenar para convertirse en una sombra.