Capítulo 13: Rivalidad

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¡Buenas noches! Sé que están sorprendidas por verme a estas horas por aquí, pero ayer empecé el capítulo y justamente acabo de terminarlo, por lo que no dudé ni un momento en subirlo y poder estar en paz con mi alma xD Gracias por sus lecturas, votos y paciencia, espero que disfruten de este capítulo que promete mucho drama, ya saben, lo de siempre. ¡Disfruten, no me odien demasiado y piensen en el sexy profesor de inglés! Matta ne~

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Era domingo por la mañana y no parecía existir nada más interesante que permanecer en casa y ver qué era lo que pasaba en la tele abierta. Al menos eso era lo que tenía en mente el blondo mientras presionaba el control remoto como si la vida se le fuera en ello.

Su acompañante no tenía ni el más mínimo interés en la programación del domingo, por lo que tenía su mirada en el libro que recién había abierto y que aparentemente se moría de ganas en comenzar a leer.

—No puedo creer lo que estás haciendo con tal de que esa tal Kotoko no te fastidie la vida, Kai —habló ella, clavando esas penetrantes pupilas doradas en el calmado joven; uno que no quitaba la mirada del monitor.

—Estoy harto. Así que no me importa las medidas que tenga que tomar para que se vaya de mi vida de una buena vez por todas —al fin había optado por el canal de deportes.

—Admito que no estaba esperando esa llamada tuya —indicó, haciendo a un lado su libro para mirar de soslayo al blondo.

—Cualquier mujer se sentiría enormemente acomplejada en cuanto intentara compararse contigo, Ju —allí estaba una pequeña y burlona sonrisa en sus labios. Incluso esos celestes ojos enfocaban totalmente a la joven que estaba a centímetros de distancia.

Su larga y suelta cabellera albina llegaba sin problema alguno hasta sus rodillas, pero permanecía perfectamente controlada en una magníficamente bien elaborada trenza francesa.

Poseía un flequillo desfilado y asimétrico en los laterales, luciéndole de maravilla y resaltando su delicado rostro. Y tampoco estaba de más decir que ser un tanto pálida jamás fue tan conveniente, ya que ese tono congeniaba de maravilla cuando se contrastaba con sus ropajes que combinaban el negro y el rosa pastel.

Sus curvas eran justas pero lo suficientemente apreciables para que cualquier hombre desviara su atención en ella. Después de todo, era de lo más hermosa.

—Agradeceré tus halagos. Sé que no los haces seguido y menos a una mujer —mencionó tranquilamente.

—Ahora viene la parte en que debe de parecer cierto o ella sospechará —apagó la tv y se puso de pie.

—Esto te va a salir muy caro, Kai —siseó la peli blanca, cruzándose de brazos y sonriendo con diversión.

—Puedo darte las dos cosas que más amas sobre este mundo, Ju. De modo que no tengo preocupación alguna —inquirió con autosuficiencia—. Y sé que tienes las agallas necesarias para cumplir con mi pedido.

—Y hablando sobre eso...¿a qué hora va a estar la comida? —preguntó de inmediato.

—Lo estará para cuando termines de desempacar todo —señaló ese par de maletas que permanecían sobre el pasillo que llevaba a la entrada del departamento.

—¿Y ya hablaste de esto con ese chico? —curioseó con su libro nuevamente en manos—. Seguramente no le agrade en lo más mínimo la idea de que una mujer viva contigo.

—¿Tendría que hacerlo? —caviló con desinterés—. Ya es lo suficientemente grandecito como para que se dé cuenta por sí solo. Además, estoy seguro de que Axelle se lo explicará.

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