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Se había sentido un poco dejado de lado cuando despertó aquella mañana, no había esperado rosas y joyas, pero si un saludo y al menos un beso de buenos días.

Estaba al aire libre en una mesa con una hermosa corona de flores de entrada, rodeado de claveles, rosas, lavanda, lilium, lirios y muchas otras especias que no conocía. Le habían servido el té junto con pasteles y fruta como desayuno.

Antes de estar en el jardín, fuera de su habitación se había encontrado con Sulli quien de inmediato lo condujo a aquel hermoso lugar informándole que iría en busca de Gojo, de eso ya quince minutos.

Siguió observado su alrededor hasta que sus ojos se quedaron en el semblante de Gojo caminando a su dirección. Formo una sonrisa tímida sin saber como reaccionar luego de la alocada noche que pasaron juntos.

Tomo asiento frente suyo y supo de inmediato que algo había sucedido, sus ojos estaban apagados o fríos, mientras que la sonrisa que le entrego le hizo tener un escalofrió en toda su espalda.

-¿Se encuentra bien?-pregunto incomodo de su actitud.

Era verdad que no esperaba el gran y hermoso romance de novela, pero jamás imagino recibir aquella frialdad de su parte.

-Perdóname, esta mañana no me he sentido del todo bien.

-¿Sus ojos?

-No, es sobre el reino.

No se atrevía a preguntar, sus estudios fueron centrados más en las festividades que en la economía o en la ayuda política, su inteligencia se basaba en armar planes para posibles combates entre los reinos y es que su nivel de ataque era básico.

-Tal vez no fue el mejor momento para venir.

-No digas eso, Yuuji-comento con una sonrisa-. El que estés aquí me relaja.

Yuuji sonrió tímido y algo acalorado por la sugerente mirada que Gojo le entrego.

-¿Por qué no me cuentas sobre tu familia?-pregunta Gojo bebiendo del té que le acaban de servir.

Itadori sintiéndose por completo relajado y bienvenido en compañía del príncipe se explayo relatando todas las anécdotas que vivió con su padre, también agrego su difícil relación con su hermano mayor, las peleas, las decepciones y las muchas charlas de Jin sobre verse perfecto ante la sociedad.

-Diría que te han criado como un príncipe.

-Mas bien como un prisionero. No tengo amigos cercanos ni mucho menos familiares.

-Pero lo has tenido todo.

Frunció el ceño, Gojo parecía algo molesto, su comentario hizo que se detuviera por el sorpresivo ataque ante la comodidad en la que vivió. Le parecía extraño, después de todo Gojo era un príncipe, seguramente él vivó mucho mejor que él. Pero a pesar de su tono, continuo con la charla sobre la familia Itadori y sus antepasados.

Pasaron la tarde charlando y dando paseos a los alrededores del reino, estaba sostenido del brazo de Gojo cuando él lo dejo en su habitación besando sus tibios labios.

-¿No entraras conmigo?-se atrevió Yuuji a preguntar una vez el beso finalizara.

-¿No estas adolorido?

Negó tan rápido que Gojo sonrió.

-Eres solo un niño.

-Ya no.

-Lamento haber adelantado nuestra noche, Yuuji.

-Me alegro de que lo hubieras hecho.

Gojo tomo las mejillas de Yuuji y volvió a pegar sus labios para lamerlos y explorar con su lengua la suave cavidad de su prometido.

AFECTO - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora