LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO

P. 3. LA PAZ

La vida de Dios campanilla no es la vida del cuerpo, pero la vida que le da vida al cuerpo es el espíritu, y la vida del espíritu se manifiesta en el cuerpo.

La vida de Dios se manifiesta en el cuerpo, cuando el amor humano ha encontrado y se ha unido a un amor superior que es el del alma, el de Dios, que es el que le da la verdadera vida al cuerpo para que se vea que su amor viene de Dios.

Campanilla, tu que conoces el amor de Dios, sabes como se manifiesta a través de las personas, se manifiesta a través de sus pensamientos palabras y obras.

Cuando esos pensamientos y palabras son de Dios se conocen por sus obras de amor. Las obras de Dios se pueden manifestar también por las palabras, en su modo de hablar las puedes conocer, porque notas cuando las palabras llevan amor y cuando no lo llevan, el amor humano no sabe distinguir ni discernir lo que es de Dios o no, porque el amor humano solo no puede conocer a Dios, ya que el amor humano solo aun siendo bueno y verdadero, tiende a lo humano que es egoísta, ya que tiende a querer solo lo suyo, aun siendo así, es un comienzo para acercarse a Dios.

Pero el mundo con sus encantos y seducciones le va poniendo pruebas que tiene que pasar. Las pruebas que le pone el mundo, son un examen para saber si su amor humano se va trasformando en amor divino.

El amor humano solo, no sabe distinguir entre el bien y el mal, porque no ha despertado al amor divino, ni sabe distinguir las pruebas que le pone el mal para poder distinguirlo.

El que pasa del amor humano al amor divino conoce el bien y el mal, pero el que se queda solo en amor humano y no supera las pruebas del mal, no conoce el amor divino.

Hay quien en esas pruebas o experiencias de la vida de los demás y de la suya propia, descubre el amor divino y empieza a descubrir el bien y el mal. Ese amor le hace descubrir en la experiencia el mal que ha hecho personalmente, o el que ve que hacen los demás, y no querría volver hacerlo, al descubrirlo  llora porque le duele, se convierte y le abre el corazón a Dios que es su conciencia. Y la conciencia lo va enseñando, lo va educando, lo va corrigiendo y lo va guiando por el camino del bien, por el camino de Dios.

¿Cuál es la consecuencia de ello? La paz, porque la paz le viene por medio del dolor de la conversión, al reconocer su error y recibir el perdón de Dios. Para ello le ha servido la prueba de la experiencia.

Hay personas muy buenas, buenísimas, cumplidoras, trabajadoras, rezadoras, que no han pasado del amor humano. Es el caso del hermano mayor del hijo prodigo.

¿No era bueno honrado trabajador y obediente a las órdenes del padre?

¿No lo quería su padre lo mismo que al otro hijo y por eso salió a buscarlo para que entrara a la fiesta?

El se quejaba de que el padre nunca le había regalado un cabrito para hacer una fiesta con sus amigos, a pesar de decirle el padre "hijo todo lo mío es tuyo", que tenia libertad para coger lo que quisiera.

No conocía el amor del padre, no tenia confianza en él, no conocía el bien ni el mal, no consideraba mal despreciar a su hermano por pecador, el se creía cumplidor y justo, y al creerse cumplidor y justo lo mismo que el fariseo, no conocía el amor de Dios, del Padre.

Y eso le pasa al que solo conoce el amor humano, y se cree bueno, es cumplidor trabajador y justo, y por mucho que haga, por mucho mal que haga no se da cuenta, al no conocer el amor divino no conoce el bien, y por eso no sabe distinguir entre el bien y el mal.

Hay personas que haciendo el mal, mintiendo descaradamente, no saben que el padre de la mentira es el mal, el demonio. No saben distinguir entre el mal y el bien, y por eso hacen leyes malas para matar, no solo a los inocentes, sino para matar el amor en los hombres para que no lo conozcan.