La Bondad es cercana a la Paciencia, en realidad todos los frutos proceden del mismo Espíritu.
La Bondad es mirar con amor, acariciar con amor, ¿no ves cuando un niño se cae y su madre lo levanta y acaricia y solo con la caricia el niño se tranquiliza? Siente la Bondad el amor y el consuelo de su madre que todo va unido.
La Bondad también es activa, está pronta para acariciar, para comprender, para escuchar, para disculpar, para consolar, primero a los demás, porque quien es bondadoso ya es acariciado por el amor de Dios, es consolado por su amor y siente su mano cercana infundiéndole amor en sus dolores caídas tribulaciones o penas.
La Benignidad es lo mismo, es mirar con ojos compasivos y benignos a los demás a quien sabe disculpar, no como te he dicho antes, que se sienten bien y tranquilos al ver a otros que lo mismo que a ellos les cuesta amar, es al contrario, la Benignidad es para saber disculpar el error de los demás sin juzgarlos.
Se puede ser Benigno y ser juez condenando el mal. Se puede disculpar con amor a los demás, sin caer en el error, que al disculpar al otro, te disculpes a ti mismo por creer que eres lo mismo, y aprovechar la ocasión de disculpar al otro disculpándote tú error.
La Benignidad dice, tú error debes sentirlo, llorarlo y disculpar a tú hermano que no ha encontrado el amor para sentirlo y llorarlo como tú lo has encontrado.
Si te disculpas a ti, porque no has encontrado el amor, no es disculpa para el amor, que tiene la puerta abierta para que a través del error, si de verdad lo estas buscando con sincero corazón lo puedas encontrar disculpando a los demás.
Pero a ti mismo no te puedes disculpar, porque quien disculpa es Dios, y el hombre benigno puede disculpar a los demás, pero no puede disculparse a si mismo.
Porque es Dios, cuando justificas a tu hermano por haberse equivocado, te justifica a ti, por la justificación que has tenido con tú hermano.
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LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO
EspiritualEN ESTE PEQUEÑO LIBRO PODRAS IR DESCUBRIENDO POCO A POCO Y CADA UNO. LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO. ¡Cómo había cambiado el mundo! ¡Cómo cambian los amigos! ¡Cómo cambió la familia! El cambio en la sociedad. También la iglesia ha cambiado, y oí l...