Campanilla, sabes que el cuerpo es una unidad, el cuerpo es lo visible, el alma es invisible, los dos son uno, lo invisible le da vida a lo visible, lo invisible es la raíz y lo visible son las ramas.
Pero sucedió que el mal los separó y andan cada uno por su lado sin poder encontrase. Porque para poderse encontrar necesitan descubrir el amor de Dios que fue quien los creó unidos.
Hay quien de alguna manera ha descubierto el amor humano (siempre el amor es un reflejo de Dios) y se siente llamado por él a vivir una vida en familia, hay quien se siente llamado o al menos lo creen así, a renunciar a lo humano y vivir de lo Divino. Y hay quien no se siente llamado porque ha roto la relación con Dios, y solo vive para el cuerpo, para darle satisfacción.
Y eso está pasando en este tiempo, que los hombres solo viven para el cuerpo, solo oyen la llamada a satisfacer su cuerpo, en comer en beber en todas las diversiones distracciones y deseos que les va pidiendo el cuerpo.
Los que han sentido la llamada del amor a vivir en un estado o en otro, han seguido esa llamada.
Pero todo no se queda en la llamada, la llamada hay que vivirla, y según sea el amor de la llamada, o la respuesta que dé, el cuerpo o el alma, así será su vida, y así serán los frutos que puedan dar.
Hay quien ve la belleza (el amor) en un paisaje, en una pintura, un cuadro, y es como el cuento aquel que decía que un padre llevó a su familia a visitar un museo, y les decía; "correr si lo queréis ver todo, si no corréis no tendréis tiempo de verlo todo."
Así es el amor humano de los que son llamados por el amor a vivir en familia, como los que son llamados a vivir su vida sirviendo por amor a los demás, que, al ir corriendo, ven el conjunto, pero no ven nada, lo mismo para bien que para mal, si es para bien, verán el conjunto, pero ya está, lo que han visto o lo que han elegido para vivir el amor, se quedará a medias, solo han descubierto el conjunto, y ese amor no puede dar buenos frutos.
Los descubrimientos son un avance, el avance es un conjunto que está formado de pequeños detalles por descubrir, y eso es avanzar en todo, si se descubre algo es para seguir avanzando en su descubrimiento, no para quedarse en lo descubierto, es como la semilla, la semilla es para ir creciendo, si no crece no puede dar fruto.
Lo mismo es el amor, si el amor no crece está enfermo, sin vida, y el amor está llamado a crecer y seguir su avance.
Los que han descubierto a través del amor humano el amor Divino, se pararán a mirar, no irán corriendo, verán el paisaje entero y verán cuantos detalles pequeños contiene, lo mismo que el que va al museo, verá que cada cuadro visto despacio tiene infinidad de detalles por descubrir.
Y eso pasa en la vida de los que solo han descubierto el amor humano, y los que han descubierto el amor Divino y los ha unido, ya no son dos amores distintos, ya es un solo cuerpo y un solo amor el que los une, y los que no han sentido ninguna llamada y viven como les pide el cuerpo, son "como unos que iban de viaje en un autobús con las cortinas cerradas, y hablaban de la belleza del paisaje sin verla, y solo hablaban de lo que imaginaban, pero no habían visto."
Unos y otros tiene la raíz en el Espíritu, que no se ve, los que viven para el amor porque lo han descubierto están bien cimentados, sus raíces son firmes, en cambio los que viven solo para el amor humano, para el cuerpo, han cortado las raíces, y están a merced de cualquier mal viento que pase y se los quiera llevar detrás.
El cuerpo tiene sus frutos, lo mismo que el alma tiene sus frutos, y lo mismo que se ven los frutos del cuerpo se ven los frutos del alma.
Los frutos del cuerpo están a la vista, y el cuerpo se nutre de ellos, son los frutos de la carne, y la carne se alimenta de lo que le pide el cuerpo.
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LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO
SpiritüelEN ESTE PEQUEÑO LIBRO PODRAS IR DESCUBRIENDO POCO A POCO Y CADA UNO. LOS FRUTOS DEL ESPIRITU SANTO. ¡Cómo había cambiado el mundo! ¡Cómo cambian los amigos! ¡Cómo cambió la familia! El cambio en la sociedad. También la iglesia ha cambiado, y oí l...