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- Eww...

-¿Ah?

- Ya no quiero.

En la mesa, el castaño masajeo su cara y estrujo sus cabellos. Paciencia no era algo que le caracterizará.

Se mordió los labios... - ¿Entonces que... quieres?

Controló su respiración para no sonar agresivo... Cerró sus ojos. No podía tratar así a Xiao Zhan.

Aspiró su aroma levantándose cerca de él.

- Tengo una idea...

El hombre vio cómo Zhan se ponía de pie y lo siguió con la mirada. - Mejor cometelo tu.

- Sabes que no me gusta el pastel. ¿Y a esta hora?

Zhan se deshizo de su camisa...

Exponiendo su pecho... Su pequeña barriguita y con su dedo saboreo el arequipe del pastel. - Me dieron ganas de comer otra cosa.

Yibo ya se había puesto de pie. Su camisa de pijama a medio abotonar dejaba entrever sus pectorales y eso hizo que la piel de Zhan se erizara... Su garganta subió y bajo. El tomó el arequipe y lo unto en los labios de Yibo.

- ¿Qué haces? - Quiso limpiarse disgustado por la sensación de estar embarrado, pero Zhan empezó a lamer y chupar el dulce de sus labios... Su cuerpo presionó al doncel contra el mezon de la cocina y pronto con sus grandes manos le subió poniendo sus piernas a cada lado... La medida perfecta para alcanzarlo con sus caderas... el acarició completamente.

Entre los besos y las caricias que le d daba al cuerpo de Zhan, el llegó hasta su parte más íntima y aunque dudo miró a su doncel a la expectativa de ll que iba a hacer... Era un acto tan intimo pero tan adorable... Zhan le confirmó lo que quería cuando puso algo de crema sobre la punta de su glande y sobre sus pezones...

Yibo tomó la erección de su doncel y la puso en su boca. El cuello de Zhan se estiró soltando un gemido jadeante por el intenso placer.

Su marido!... Su marido lo estaba chupando... Se sentía tan bien... Yibo devoro todo de el... mientras sus dedos masajeaban suavemente en su interior.

- Te amo!

- Te amo... mierda! Te amo tanto! - Gruñó él castaño justo después de empezar a embestirlo y sentir como el cuerpo que se calentaba como lava alrededor de su falo se volvía gelatina entre sus brazos...

Hijo de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora