Capítulo 16 "Día como papá en casa"

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El sonido de la guitarra tocaba la canción que hace aproximadamente un año bailó con Jack, Always de Bon Jovi. Descalzo, con una pantalón negro, sentado sobre la alfombra de la habitación de su hija, tocaba la guitarra y cantaba en voz baja, mientras su hija se acurrucaba entre dos sde sus grandes peluches que su papá le compro cuando cumplió un año. Brooke ya estaba dormida, abrazada a la pata del oso de peluche enorme en el que estaba dormida, Gustabo tenía una sonrisa cuando termino la canción, se quedo observandola un par de minutos más, hasta que decidió levantarse para preparar la cena, fue entonces que vio a Jack de pie en la puerta, mirándolos con una sonrisa. Salió en silencio y se acercó a Jack, quien lo abrazó por la cintura, los dos mirando en dirección a la pequeña que dormía sobre uno de sus enormes peluches. Jack le dio un beso en la cabeza a Gustabo, soltó un pequeño suspiro.

- Compre comida china y un vino, así que dejemos que duerma para poder hablar.

Los dos fueron hasta la mesa, sacando las copas y sentándose uno frente al otro. Ese día fue totalmente estresante para ambos, pero en especial para Gustabo, hacía tiempo que no tomaba un arma y le disparaba a alguien, después de su reunión con los demás les dio un arma especializada, diciendo que ese fin de semana saldrían todos a cazar para aprender a usar un rifle. Segis se ofreció a estar en el bar mientras Gustabo le enseñaba a Danny y Lea a disparar un rifle, a lo que aceptó con gusto. Cuando volvió a casa, se puso a jugar con Brooke, dejando que sus pequeños piecitos corrieran de un lado a otro, cuidando de que no se cayera para que no se lastimara, después de un rato fue por su guitarra, quería afinar su toque, así que comenzó a tocar sus baladas romanticas, arrullando así a su hija hasta que se quedó dormida.

- ¿Qué pasó con John?

- Nada bueno - suspiro, tomando su copa de vino para darle un sorbo. - Quiero salir de la política, por eso había rechazado todo contacto, no te lo dije porque quería esperar un poco más, tal vez hasta que todo fuera seguro.

- Yo también he tratado de zafarme de la política - dijo Jack sin mirarlo. - Pero es casi imposible, más si tienen algo en tu contra. Una vez entras...

- Puedes salir - lo miró. - Jack, mi trabajo no es de seguridad privada.

- ¿Crees que no lo sé? - sonrió de lado. - Alguien como Jonnattan tendría asesinos y sicarios en todos lados. Lo supe el primer día que te conocí.

- ¿Cómo?

- Vi cuando John te llevo arriba, bajas después de un rato y cuando estuvimos fuera, solo nosotros, alcance a ver manchas de sangre en el cuello de tu camisa. No tenía que sacar tantas conclusiones, además, es la política, todo está lleno de mierda.

- ¿Cómo fue que entraste tú en todo esto?

- Más bien como me deje atrapar, me contacto mi jefa diciendo que había un trabajo bueno, acepté y fue cuando me presentó a John, entonces supe donde me meti y el problema en el que estaba. John era un simple don nadie, llegó rápido al poder.

- Sobornos y asesinatos, me hice cargo de muchos de ellos - dijo mirándolo. - Me llamaban para hacer hablar y después eliminar, creaba escenas del crimen, hacía una llamada desde un teléfono desechable al 911 y todo caía en su lugar.

Jack estaba por preguntar como entró en todo eso, cuando escucharon pasitos acercándose a la cocina, los dos se asomaron y vieron a Brooke tratando de llegar sin hacer ruido, cuando la miraron ella se cubrió la boca con una sonrisita. Jack estiró su mano para que se acercara a él, ella caminó hasta tomar su mano, la tomó en brazos y la sentó en su regazo. Gustabo le hizo la cena a Brooke y Jack se la dio, fue entonces cuando retomaron su conversación.

- Soy un sicario, me contratan para eliminar - dijo Gustabo. - Así me encontró John, todo empezó con pequeños trabajos cuando estaba postulandose, pero claro en cuanto fue ganando poder y gente, los trabajos aumentaron y de cierta forma me volví exclusivo de él. Era su contacto para eliminar cabos sueltos o simplemente amenazar. Sé el riesgo del trabajo, pero a mí no me importaba mi vida. No tenía nada por lo que vivir, morir era un regalo del cielo para mí.

Ahora soy papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora