Cuando tu niña se convierte en mujer y más si se apellida: "Bakugo". Tarde o temprano... tendrá que salir del nido a volar y conocer el mundo. Una chica que sabe lo que quiere y eso es seguir los pasos de su abuelo y su padre. Pero el amor... no es...
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Todo estaba oscuro... solo alumbraba una pequeña bombilla, el chico que se encontraba dentro se levantó con rapidez al ver que la puerta se abría. Y una chica muy hermosa a los ojos del chico, entró con tres bandejas de comidas y las colocó en el suelo. Ella lo miró, sus mejillas se tornaron rosadas al ver cómo ese chico la miraba con intensidad. Antes de ella irse, él tomó el antebrazo de ella.
- ¿Tu... tu pelo es de ese color naturalmente? - Ella asintió esquivando la mirada del chico, tímidamente. Él la soltó con nerviosismo cuando notó que la estaba tomando del brazo.
- Es... muy lindo, digo tu cabello... es muy lindo, ya sabes... - Ella sonrió de una manera boba, contagiándosela al chico.
- Oh... amm... muchas gracias... lo heredé de mi mamá y mi abuelo... - La chica se dio cuenta del tiempo que llevaba ahí así que con nerviosismo se alejó para salir pero él le hizo la detuvo con una pregunta.
- Espera... antes de que te vayas... ¿Cuál... es su nombre? - Ella sonrojada y apenada respondió.
- Bakugo Ochako... tengo que irme... Katsuki vendrá. - Dijo para mirarlo y sonreírle, y cerrar la puerta. El chico a pesar de estar encerrado en ese lugar sin tener una explicación o alguna razón, sonrió.
- Ella es linda... se parece mucho a una vieja amiga que no veo hace 19 años... - Habló la madre del chico que lo miraba despreocupada, mientras comía.
- Si, es cierto. - Respondió apoyando al argumento de su madre, la chica de un año menor al chico.
- ¿Porqué estamos aquí? ¿Qué hicimos? - La madre de cabello oscuro, dejó de comer para mirar a su hijo y sonreírle con pena.
- No lo sé... y no hemos echo nada. No te preocupes, no es la primera vez que estoy encerrada y estoy segura que podemos salir de aquí.
Antes de que él dijera algo la puerta comenzó a abrirse. Para la madre encarcelada todo se iluminó al ver a su amiga que hace mucho tiempo no veía. En su rostro se formó una gran sonrisa, pero la mujer que entraba al verla, no compartió la misma expresión. Pues una mueca preocupada se formó en ese rostro duro, detrás de ella un chico alto de cabello negro se posó a su lado.
- Llévense a la mujer y a la chica de aquí. - Ordenó el peli-negro. A ese cuarto entraron unos soldados y se llevaron a las personas que él había ordenado sacar, no sin antes intercambiar miradas con la chica más joven que se llevaban los soldados. El chico que compartía la misma edad que el chico que entró, el encarcelado gritó y peleó por saber a donde se llevaban a su madre y a su hermana.
- Bien, saldré, cualquier cosa no dudes en avisar, hijo. - Habló la mujer para salir a ver a la madre del chico que estaba encerrado.
- Shimizu... - La mujer que habían cambiado de cárcel la miró para ir hacia donde ella y abrazarla.
