19.

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Mauro abrió la puerta, refunfuñando durante el camino hacia esta. Al hacerlo, alguien le hizo retroceder varios pasos de un empujón.


-Oh, vaya. Qué lindo, ¿eh? -Khea le sonrió, primero mirándolo a él, para finalmente pasear su mirada por toda la anatomía de _______.- ¿Te la estás pasando bien, negro?


-¿Qué mierda estás haciendo vos aquí? -Mauro caminó hasta él, colocándose instintivamente delante de _______; de forma protectora.


-Sólo vine a decirte que ya cumplí con mi puta parte del trato. -Lo miró a los ojos. Estaba tenso y sofocado. Tal vez había acudido allí en busca de respuestas.- Pero ya veo que vos no moverás ni un dedo hasta que te la comas.


-Fuera de aquí. Ya.


-¿No fue suficiente con la otra piba que te dejó hecho mierda? Bah, Duko... Parece que no aprendés. No hace falta que te hagas el macho conmigo, no te queda.


-¡Dije que te vayas!


-¿Por qué? ¿Por ella? -Le preguntó Khea, astuto, pues Mauro no sabría qué responder ante aquello. La señaló con un dedo, e intentó dirigirse a paso lento hacia _______, que se ocultaba como mejor podía detrás de Mauro.- Tremendo trasero luce la minita, ¿eh?


-Vos decidís. O te largas ahora mismo, o te haré llorar cuando te rompa cada hueso del cuerpo, pelotudo.


-Lindo, ¿eh? ¿Por qué no se lo decís, Duko? Decile que acabarás enterrándola en el lugar más podrido de toda Argentina.


Un escalofrío recorrió a _______ de pies a cabeza. De alguna u otra manera, había confiado mucho en Mauro, tanto como para afirmar que no le haría ningún tipo de daño; mucho menos se atrevería a matarla. Sin embargo, no podía evitar tensarse cuando escuchaba cosas de ese calibre.


-A vos es a quien enterraré como no cerrés el orto. -Mauro lo empujó, haciendo que el cuerpo de Khea se tambalease en su sitio; terminando por retroceder un par de pasos.- No te metas en mis quilombos, hijo de la re mil puta. -Lo empujó de nuevo, esta vez más fuerte. Sus músculos estaban tensos. No soportaba que nadie le dijera lo que tenía que hacer; que le dieran órdenes en general. Y peor aún... Que trataran de dejarlo mal delante de una mujer, en este caso, _______. Khea se golpeó contra la pared con el siguiente empujón; la joven optó por retroceder.- ¿Me oíste? -Le preguntó Mauro, en tono rudo.


-No me das miedo, hijo de puta.


-¿Ah, no? A ver si es verdad. -Acto seguido, volvió a empujarlo, provocando que su espalda chocase con fuerza contra la pared; no tardando en propinarle un puñetazo en el estómago que dejó doblado a su rival. Khea quedó sin respiración por efímeros segundos, para comenzar a erguirse poco a poco después.- Será mejor que te vayas si no querés terminar peor, ¿ok? -Espetó. Khea no le respondió, prefirió guardar silencio antes que humillarse más. Mauro se inclinó para acercarse a su oído, a la vez que lo tomaba por el cuello de la camiseta.- Si volvés a intentar acercarte a ella, o mirarla así, estás muerto, ¿oíste? Quedé claro desde el primer día quien era el capo en todo esto... -Pronunció, amenazante.- ... Y ella es mía.


-Te está envenenando, negro. Lo único que conseguirá es que la yuta te alcance, y después irás derecho a la cárcel. ¿Por qué sos tan pelotudo?


-Yo sé lo que hago con mi vida, ya no soy un nene.


-Será tarde. -Afirmó. Mauro terminó por soltar el cuello de su camiseta, retrocediendo un par de pasos, pero sin dejar de observarlo fijamente. Khea pudo comenzar a regular su respiración poco a poco.- Cuando querás cambiar de opinión... -Dirigió su mirada tras Mauro, justo donde _______ se encontraba, aún mirándolos a los dos.- ... Ella ya te habrá cambiado para siempre.


𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨 // Mauro Lombardo y tú.{𝗛𝗢𝗧}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora