_______ se adentró en la ducha. Se sentía mentalmente agotada. Muchas cosas sin explicación la habían atacado durante aquel período de tiempo que había permanecido encerrada. Cosas que jamás le hubiera gustado pensar, y mucho menos sentir. ¿Qué coño le pasaba últimamente? Aún no lo digería. Hacía unas semanas no pensaba más que en irse, y no volver a ver a aquel hombre nunca más; y ahora... No, _______. Se dijo a sí misma. ¿De verdad crees que Mauro va a querer tenerte más tiempo con él? Negó con la cabeza, sintiéndose ridícula ante aquella clase de pensamientos.
-Me dijeron que cortarán el agua. -_______ se sobresaltó, a la par que giró para mirar a Mauro, que acababa de abrir las cortinas del baño. Quiso golpearlo. Pero en vez de eso, ruborizada, se cubrió el cuerpo.- Espero no te moleste que...
-¡No! -Espetó ella. Mauro emitió una pequeña carcajada. Se relamió los labios al detenerse para observar el cuerpo femenino que se encontraba delante suyo; _______... Qué hermosa e inocente era. ¿De qué se avergonzaba? Si hasta habían follado hacía poco.
-Será rápido, lo prometo. -Habló él, quitándose la ropa mientras _______ se retorcía por dentro. La joven se apresuró a cerrar las cortinas para no verlo desnudarse ante sus ojos; aunque lo cierto es que le hubiera gustado quitarle la ropa ella misma.
Mauro reía internamente. No había oportunidad que no aprovechara para verla de esa forma. Para hacerla enojar de alguna manera. Se inclinó hacia un lado para fijarse en lo que hacía detrás de las cortinas; aún tenía el rostro ruborizado... De pronto bajó la mirada. Cubría sus pechos con un brazo; y pensar que habían estado en su boca hacía tan solo un par de noches. Más abajo cubría su intimidad con la mano restante. Cuánto deseó quitarla de allí... Sí, con sus propias manos, y sentirla estremecerse ante aquella acción.
Mauro volvió a abrir las cortinas.
-Bien. Hagamos un trato. -Propuso él, ya desnudo. _______ trató de esquivar por completo las ganas de recorrer su anatomía con la mirada. Sólo se permitió observar los músculos de Mauro, ahora podía admirarlos mejor que la otra noche; y cuánto disfrutaba el hecho de saber que los había abrazado durante todo el tiempo que quiso y más. El argentino entró a la ducha, junto a ella.
-Un trato. ¿Tú?
Mauro emitió una irónica risa.
-Sí, un trato. -Repitió.- Nadie va a tocarse. -Le explicó.- Haremos como si vos estuvieras sola tomando una ducha... -La idea le hizo empalmarse en el acto; tampoco le preocupó demasiado que la joven se percatase de aquello. Siguió hablando, al parecer _______ no lo había notado.- ... Sin mí.
-Pero estás aquí.
-Hacé como si no.
-No puedo ducharme sabiendo que estarás mirándome todo el rato.
-Prometo no hacer nada. -Dijo, con completa seguridad. _______ le miró a los ojos. Mientras vos no quieras. Pensó él. Aunque se le hacía difícil no tocarla viéndola desnuda ante sus ojos. Se moría por rozar su piel con la impropia; abrazarla, embestirla con su miembro. Ella no se resistiría y lo sabía. Pero por una vez, quería que fuera ella quien diera el primer paso.
-Vale... -Murmuró ella, sin estar convencida del todo. Se dio la vuelta, haciendo que sus pechos quedasen al descubierto; detalle que hizo que Mauro se empalmara aún más. Deseaba tanto follarla desde atrás. Oh, joder... Descendió la mirada para observar su erección, la cual cada vez crecía más. Venga, _______, sé que querés venir a mis brazos. Demuéstralo, pelotuda.
La joven intentó de veras imaginar que estaba sola en aquella ducha, que no había nadie más que ella y sus pensamientos. Respiró hondo. En el fondo, tenía unas inmensas ganas de darse la vuelta, e invitarlo a hacer algo más que ducharse. Abrió el grifo, tratando de evitar aquel tipo de pensamientos.
-¡Mierda! -Exclamó ella al sentir cómo el agua, completamente helada, chocaba contra su cuerpo. Retrocedió por instinto, chocando, tal y como él había querido, contra el torso ajeno.
-Vaya, no me dejaste cumplir el trato. -Murmuró él en su oído, acoplando su rostro en el cuello de la joven, mientras que acariciaba sus caderas desnudas, y poco a poco, colocaba su miembro bajo la entrada de su feminidad.
-El agua está fría... -Murmuró _______. Estaba a punto de convertirse en aquella ninfómana que moría por entregárselo todo. Y lo hizo. Se volteó, para que no le quedara otra opción que mirarle directamente a los ojos.
Él sonrió. _______ alzó sus brazos para rodear los hombros de Mauro, acto que pareció agradar al contrario. Ambos sentían las gotas de agua fría salpicar el plato de la ducha, y chocar contra sus cuerpos. Mauro acarició las caderas de _______, apretándolas firmemente contra él, y finalmente se inclinó para comenzar a besar su cuello, subiendo poco a poco hasta su mentón; el cual besó de forma más lenta, disfrutando del momento. Le encantaba sentirse de esa forma. Cuando estaba con ella, nada más importaba, mucho menos sus diferencias, lo realmente poco que se conocían, o cuántas veces ella le había dicho "te odio". _______ lo tomó de la barbilla, obligándolo a alzar el rostro en su dirección, invitándolo a probar sus labios. Y fue exactamente lo que hizo.
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𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨 // Mauro Lombardo y tú.{𝗛𝗢𝗧}
Fanfiction〲 Donde eres secuestrada por Mauro Lombardo (Duki), uno de los mayores criminales del mundo, pero caes presa del síndrome de Estocolmo. ¿Será sólo una ilusión, o amor verdadero? ⸻⸻⸻⸻⸻⸻ ¡Holap! Antes de que comencéis con la historia me gustaría decir...