He llegado a el supermercado, visto unos pantalones cortos negros, una camisa y una gorra blancas ya que mi pelo es un desastre como siempre, pues la rutina del diario vivir no me permite mucho tiempo para mi arreglo personal, pero eso no viene al caso.
Comienzo a caminar y como algunas veces siento que me vigilan, me volteo y veo a un señor, con el uniforme de seguridad, es tan humillante que siempre suceda lo mismo, siento que esto pasa cada vez que una persona de afroamericana entra a una tienda, en mi caso mi familia es una mezcla de africanos y latinos, mi piel es color bronceada natural, y mi cabello es rizado, abundante y largo a mitad de espalda, vivo en Estados Unidos, aparte del inglés hablo español, puedo decir que he sentido el racismo de ambos lados y es demasiado triste que la sociedad se comporte de una manera tan ignorante, lo ignoro y continuo haciendo mis compras.
Camino al pasillo de las pastas, y me cruzo con una mujer, no puedo evitar ignorar su belleza, ¡Dios que hermosa es!, lleva un traje de flores corto, y un escote que resalta sus pechos de una manera, que hasta yo que soy una mujer heterosexual los deseo, sacudo la cabeza avergonzada por mis pensamientos totalmente fuera de lugar. Me detengo en la sección de salsas y tomo una comienzo a leer la etiqueta, aunque mi familia y yo no somos los más saludables, siempre intento comprar lo mejor que pueda. Siento que me observan de nuevo, me volteo y ahora es la mujer hermosa que vi antes, que me observa y me sonríe, y solo puedo pensar que labios más hermosos se ven tan carnosos, le devuelvo la sonrisa, y sigo leyendo la etiqueta, de pronto siento que me hablan;
-Hola, vi que estabas leyendo la etiqueta de esa salsa, y no sé, quería decirte que la he probado y es muy muy buena, definitivamente te la recomiendo.
- oh, gracias, la realidad es que nunca la he probado. Siempre uso otra marca, pero me gustaría probar una nueva.
- Pues has agarrado la correcta, (sonríe un poco nerviosa), soy Amelia, soy chef de profesión, en el restaurante Bonyour aquí cerca, y esa la utilizamos cuando tenemos emergencia de escases de ingredientes.
- Definitivamente tengo que comprarla, ya que tengo una buena recomendación. Gracias (le sonrió, y me dispongo a alejarme, cuando...)
- ¿Perdona mi atrevimiento, te gustaría ir a cenar conmigo?, solo una cena sin ningún tipo de compromiso...
Me pongo un poco nerviosa, y asombrada ya que no me esperaba para nada que una total desconocida, tan hermosa cabe recalcar, me invite a mí a cenar. Me quedo un momento analizando su invitación, y la verdad no sé qué responder, a lo que ella me dice;
- No te preocupes, fue un atrevimiento de mi parte no debí de ser tan directa, cuídate y disfruta tu cena. (se aleja caminando).
Me le quedo mirando mientras se aleja, ¡y Por dios que caderas!, muevo la cabeza negando y tratando de alejar estos malditos pensamientos, entonces mi cuerpo reacciona y grito; ¡ESPERA! Ella se voltea y sonríe (con esa maldita sonrisa que me hace temblar por dentro).
-SÍ
- Esta bien acepto tu invitación, pero quiero dejar claro, que estoy casada y tengo 2 adolescentes en casa, so puede ser un poco complicado encontrar tiempo para esta cena. (SI muy buena jugada, mencionar eso por si acaso, me digo a mí misma).
- (Sonríe ante mi comentario) Claro, entiendo totalmente, mira te voy a dar mi número y cuando tu sientas que es el momento adecuado solo déjame saber con un mensaje de texto. (Saca de su cartera un bolígrafo y un papel y escribe). – Aquí está mi número espero con ansias ese mensaje, cuídate. (se aleja caminando, y antes de salir del pasillo voltea y me guiña un ojo).
Por todos los santos, mis piernas tiemblan y tan siquiera sé por qué, pongo la salsa en el carrito de compras, y sigo caminando para terminar de hacer la compra, y regresar a la casa, mientras camino mi mente juega conmigo;
¿Y si quiere algo más que una cena?, y si para ella no es solo una cena entre "amigas", y si pasa algo más, bueno igual no debe de importarme ya que soy totalmente heterosexual, creo que es normal reconocer el atractivo de otra mujer sin tener que significar nada en concreto, sacudo mi cabeza alejando estos pensamientos....
Al llegar a casa me doy una ducha, y me preparo para trabajar, actualmente trabajo desde la casa con una prestigiosa empresa de mercadeo a nivel mundial, lo bueno de eso es que estoy en casa, así que mientras trabajo puedo hacer las tareas del hogar y puedo trabajar tranquila ya que la casa está vacía. Aun así, mi vida se siente tan monótona, tan rutinaria es como si viviera en una película que se repite una y otra vez, donde yo soy la protagonista y mi familia es la típica familia perfecta, es verdaderamente agobiante y aburrido. Creo que si no llega a ser por lo perros me volvería totalmente loca aquí sola todo el día, todos los días haciendo lo mismo.
A veces mi mente se pone a imaginar como seria mi vida si nunca hubiera conocido a Máximo, donde podría estar ahora mismo, siempre me ha gustado viajar y conocer lugares nuevos, cuando éramos novios hacíamos muchos viajes cortos, y era la persona más feliz del mundo, el poder conocer otras personas, otras culturas, que experiencias tan llenas de vida. Quizás en un mundo paralelo, soy viajera profesional, y vivo de ello, teniendo un blog y contando mi vida en las redes sociales, como mucha gente joven hace hoy en día, conociendo lugares nuevos todo el tiempo y gente nueva, quizás con alguna compañera de viaje donde sin ninguna atadura ella sea mi compañera para todos lados y que seamos intimas....
¡NO! Me digo a mí misma; no voy a desviarme por ahí, aunque cuando me pongo a pensar me he preguntado en muchas ocasiones que se sentirá estar con una mujer, una persona que es de tu mismo sexo, pienso porque no se obviamente, te entienda más que nada, sepa donde besarte, donde tocar ese punto exacto, que te haga ver las estrellas que solo de mirarla y recordar donde estuvo su lengua te haga mojarte de placer. Nada más de pensarlo ya me siento humedad, porque siempre tengo tener estos pensamientos tan incorrectos, soy una vieja si venimos a ver, a estas alturas ya estoy muy tarde para pensar en cambiar de pareja, ¿de vida... o tal vez no?
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Conociendo a Micaela
RomantiekMicaela es una mujer de 45 años con raíces afroamericanas y latinas, que está consumida por la rutina del diario vivir, casada hace 20 años con un marido que la ignora por completo y dos hijos en plena adolescencia. Llegara a su vida Amelia y Gonza...