El auto se detiene en la comisaría principal del pueblo. Laura está en detenida en custodia en este lugar hasta el juicio contra intento de asesinato comience. Luego del juicio, si la condenan será transferida a una cárcel de máxima seguridad.
— ¿Estás segura de querer hacer esto? — Me pregunta papá.
Asiento.
— Está bien. Si me necesitas estaré afuera.
Salimos del auto y entramos a la comisaría. No estoy nerviosa, pero si ansiosa por ver a la persona que sabía que no me amaba pero jamás ni en mis más locos sueños pensé que intentaría matarme. Y no era la primera vez que lo intentaba. Eso es lo peor de todo. Trago grueso sintiendo que estoy empezando a temblar. Creo... que lo que tengo es miedo. Le tengo miedo a ella.
El comisario nos deja pasar hacia el área de visitas. Le pido a papá que me espere afuera por milésima vez y entro sola. Está preocupado y no lo culpo. Estudio la habitación. Está atravesada por una valla de metal y un vidrio que me separa del otro lado. Hay teléfonos y sillas para sentarnos. Me siento en cualquier lado y simplemente espero.
No pasan más de cinco minutos cuando un policía entra con Laura. Está vestida con un traje gris que tiene el logo de la comisaría y no está esposada. Luce igual que la última vez que la ví solo que ahora no esconde la expresión de odio. El policía le indica, del otro lado que se siente frente a mí. Cuando me ve, suspira con cansancio y pone los ojos en blanco y no veo ni sorpresa ni remordimiento en su rostro. Se parece tanto a mi madre que incluso eso me perturba.
Las manos me tiemblan.
Es la persona que te quiso matar ¿Que esperabas?
Aparto mis pensamientos. Ella parece cansada y aburrida de mí y ni siquiera cruzamos palabra. Agarra el teléfono y se lo apoya en el oído. Yo lo tomo despacio sintiendo un poco de malestar en el estómago y lo acerco a mi oído. Estoy a punto de decir un simple "Hola" pero no me deja hablar.
— ¿Y tú qué carajo quieres? ¿Dónde están mamá y papá? — Pregunta con voz dura.
Me quedo en silencio y frunzo el ceño.
— ¿Es lo único que vas a decirme? — Pregunto perpleja.
Ríe pesadamente.
— ¿Que esperabas? ¿Una disculpa? No lamento nada de lo que pasó y si pudiera regresar el tiempo no dudaría en terminar lo que empecé.
— ¿Ni siquiera lo que le hiciste a Jessica? Pasará los próximos meses aprendiendo a caminar e ir al baño de nuevo, por tu culpa.
Suspira.
— Yo le advertí que no se interponga y la muy estúpida intentó protegerte hasta el final. Prácticamente se disparó a si misma... — Contesta sin importancia.
Pierdo el control al escucharla. No puedo creer lo que está diciendo.
— ¡Hija de puta! — Le grito, harta.
Ella me fulmina con la mirada.
— ¿A que mierda viniste? ¿A insultarme? ¿Crees que por qué saliste viva de ese quirófano eres más fuerte? ¿Viniste a escucharme decir que me arrepiento? — Lanza una risa. — No me arrepiento, Malena.
— ¡Soy tu maldita hermana! ¡Crecimos juntas! — Golpeo el vidrio que nos separa. — ¡¿Por qué me odias?!
— Porque me quitaste todo... Absolutamente todo.
Niego con la cabeza.
— Me quitaste a mis padres, me quitaste a mi prima e incluso me quitaste a mi novio. Desde que se te dió por estar enferma todos siempre se ocuparon de tí y a mí me dejaron sola.
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Mi maravillosa creación
Romansa¿Que harías si tú vida, que está destinada a una enfermedad miserable, se ve interrumpida, avivada y corrompida por un extraño muchacho de ojos verdes? Malena ni siquiera quería averiguar quién era realmente él. Su principal objetivo, era convencer...