Capítulo 7: El verdadero comienzo.

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La hora y media de historia se me estaba haciendo eterna.

Me sentaba junto a Julia al final del todo, en nuestros nuevos pupitres unidos de color marrón.

Benjamín nos informaba de todo lo que teníamos que saber sobre los dragones.

Él llegó junto a la profesora más odiada por el colegio.

Los dragones nunca llegaron a extinguirse, sino que fueron capaces de ocultarse ante los ojos humanos.

Durante todo este tiempo, desde que Kragno montó a uno por primera vez, han evolucionado un montón.

Han aumentado su tamaño; tanto en altura como en longitud.
Las alas han desarrollado unas membranas más perfeccionas y finas.

Han estirado el cuello y las patas. Los dedos han desaparecido...convirtiéndose en zarpas parecidas a las de los lagartos de Komodo, pero gigantes y cubiertas de escamas.
Han conseguido escamas triangulares,  que sobresalen desde la nuca del dragón hasta la punta de la cola. Estas les permiten más equilibrio, más velocidad y les facilita mucho más los giros y acrobacias.
Han aprendido un nuevo lenguaje, basado en la comunicación física y la mental.
Nosotros solo tenemos la física, la mental la conseguiremos cuando estemos al 100% seguros de nuestro dragón.
Los dragones no escupen fuego...no todos.
El dragón en realidad no es nada sin su jinete.
El dragón puede abusar de tu poder, solo si se lo permites.

Benjamin mencionó que el dragón también tiene capacidades que puede compartir...pero eso también va con lo del 100%.

-Venga chicos, ya queda menos, solo 5 minutos y acabo. -anunció Benjamin. En sus clases solo pedía que prestáramos atención, ni apuntes ni nada, solo escuchar.

Lo poco que le quedaba por decir a Benjamin era que al dragón le pasa lo mismo que al jinete y viceversa. Por muy cerca o lejos que estés de tu dragón.
Es decir, si yo recibo un corte en el brazo a Articus le saldrá al cabo de segundos, sufriendo así lo mismo que yo.

Mis amigas y yo corrimos a nuestras habitaciones porque Uriel mencionó algo de un entrenamiento y en el tendríamos que vestir de forma diferente...

Sabía que mi imaginación había creado demasiada ropa, pero algo encontraría.

Abrí mí armario de par en par y busqué.

"BINGO" pensé.

Encontré un traje , una pieza que te cubría el cuerpo entero dejando al descubierto solo los pies, manos y cabeza. Era de color negro con detalles azules claritos. Su tela cubría todo mi cuerpo haciendo de segunda piel.
Corrí al baño en busca de unas botas gruesas y flexibles para correr.
Me cubrían un poco más arriba del tobillo. Apreté los cordones y corrí donde habíamos quedado con Uriel.
-¿Qué pasa? -pregunté acercándome a mis amigas que esperaban en el extenso y vacío prado que había enfrente del castillo.

-Nada...que aún no han llegado los nuevos entrenadores.-informó Leire que se encontraba con la mirada fija en el horizonte y los brazos cruzados.
No le dí importacia.

Me percaté de que todos llevaban un traje parecido al mío. La única diferencia era el color de la tela.

Repentinamente y sin querer...mis ojos volaron hacía los ojos de Sam.
Me miraba con dulzura y cierta tristeza se podía leer en sus ojos. Desvío su mirada justo cuando yo lo miré.

Yo hice lo mismo, me avergoncé de mi misma.

"¿Porqué? , ¿Porqué hace esto?"

Pero solo él tenía las respuestas para mis preguntas.
Sus actos de evitarme comenzaban a sacarme de quicio e iba a descubrir porque. Porque lo hacía, costase lo que costase.

Alma de dragón:Hielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora