28.

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_______ tomó el teléfono, colocándose instintivamente detrás de Khea.


-Subí al auto. -Volvió a indicarle él. _______ obedeció. Una vez dentro, por fin pudo hablar con aquella persona; que llevaba tiempo esperando escucharla desde el otro lado de la línea.


-¿_______? -Ella se estremeció. Las ganas de llorar volvieron.- ¿Sos vos?


-¿Dónde estás? -Le preguntó ella, en un hilo de voz.


-Perdóname.


-¿Por qué?


-Por todo esto. -Mauro respiró hondo. Era su última oportunidad con ella. La última. Esta vez no habría otro día, ni otro momento. Era ahora, o la perdería para siempre.- Por hacerte pasar por estas cosas.


–Ya no importa. -Le respondió ella.


-Sí importa. Me importa a mí.


-No me mientas, joder... Ya lo sé todo.


-No... Por favor, decíme que aún confías en mí. -Murmuró él, sintiendo cómo se le encogía el corazón. Cuánto deseaba tenerla a su lado en ese momento. Poder abrazarla. Amarla, tanto como podía.- No quiero decepcionarte a vos también.


_______ guardó silencio. Una traicionera lágrima brotó de sus ojos.


-_______... -Murmuró él.- He cagado todo, ya lo sé. Sé que soy alto pelotudo, que nunca hago las cosas bien, y que cometí millones de errores en mi vida pero... No quiero hacerlo de nuevo. -Permaneció en silencio durante unos segundos. Tenía a _______ en la otra línea, escuchaba su respiración, y no tenía la menor duda de que estaba llorando.- No quiero dejarte ir. No puedo, mi amor.


La respiración de la joven se entrecortó. Apretó el móvil entre sus manos. Mi amor...


-Te amo, _______, te amo como nunca amé a nadie en el puto mundo. -Tomó una gran bocanada de aire tras decir aquello. Ella no pudo evitar sonreír ligeramente.- Si no querés creerme preguntale a él, a Khea, jamás hice esto por ninguna.


-Quiero que me lo digas en persona. -Pronunció ella. Mauro sonrió.


-Vení conmigo entonces.


-¿Dónde estás?


-En el aeropuerto, y tengo dos boletos. Solo faltas vos. -_______ sonrió de nuevo. Khea subió al auto después de haber tenido una "bonita" conversación con el oficial al que había amenazado.- ¿Querés venir conmigo?


𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨 // Mauro Lombardo y tú.{𝗛𝗢𝗧}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora