El frío comenzaba a sentirse, era octubre, su mes favorito, porque amaba el tono azul que tomaba el cielo, porque le gustaba tanto el Halloween, amaba escuchar historias de terror y ver películas de miedo aunque no, nunca salía a pedir dulces, ni siquiera cuando era un niño pequeño, no se atrevía a socializar.
Nunca salía más que para ir a la universidad, vivía aún en casa de sus padres, lo cual era demasiado patético para un chico de 23 años a punto de graduarse, pero ni siquiera se animaba a independizarse, y es que aunque sonara irónico, Gerard odiaba estar solo, a veces creía escuchar ruidos o simplemente su mente no dejaba de maquinar historias absurdas de fantasmas en su cabeza.
Sin embargo, aunque odiaba salir, aquella tarde decidió hacerlo, era octubre, no iba a desperdiciar el hermoso cielo azul de su mes favorito, por lo que optó por ir a una cafetería, sólo bebería un poco de café mientras observaba a la gente pasar, tal vez así conseguiría algo de inspiración para poder preparar su tesis y lograr por fin graduarse, aunque ni siquiera sabía qué haría después de la universidad, ser un joven desempleado, uno de tantos.
Y ahí estaba con su libreta, con su estuche lleno de colores, el cual cuidaba tanto, era su vida, pintar lo era todo. Había pedido un capuchino, mordía uno de los colores, ansioso, porque simplemente a su mente no llegaban imágenes, no llegaba la inspiración, no llegaba nada. Observaba a la gente pasar, todos sonrientes, todos felices, todos sin preocupaciones, o al menos así lucían, pero lo más importante, todos acompañados, en cambio Gerard estaba ahí, solo con su libreta, pensando en qué demonios plasmar porque su imaginación ya no daba para más.
Comenzó a rayonear aquella hoja, pintando espirales, círculos, cruces, dibujos sin sentido, se sentía tan ansioso, a veces esa era la única forma que hallaba de desestrezarse. Estaba tan metido en sus pensamientos, que no notó cuando un chico se paró frente a él.
- Hola – Escuchó a una voz decir, por lo que de inmediato volteó para encontrarse con unos hermosos ojos avellana que amó en el primer instante en que los vio. Era un chico de cabello castaño, tez blanca, aunque no tanto como la suya, con hermosas facciones, una linda nariz, unos labios definidos, pero lo que más llamó su atención fue aquel tatuaje de escorpión en su cuello. Tenía aires de ser un chico punk.
- Ho- la- Respondió Gerard, sintiéndose como un imbécil porque su voz sonó tan distorsionada
- Soy Frank Iero – Dijo el chico frente a él, tendiéndole la mano y pudo apreciar que en ésta había más tatuajes, no pudiendo evitar imaginar que seguramente todo el cuerpo de aquel chico estaba cubierto de tinta, lo que provocó que se le hiciera agua la boca.
- Soy Gerard, Gerard Way – Se animó a responder, dedicándole a Frank una tímida sonrisa
- ¿Se puede saber qué hace un chico tan lindo aquí solo? - Cuestionó Frank y a Gerard le sorprendió lo atrevido que había sido aquel chico, él sin duda jamás se hubiera acercado a un desconocido y mucho menos se hubiese atrevido a llamarlo lindo.
- Yo sólo dibujaba
- ¿En serio? Puedo ver – Cuestionó Frank
- En realidad no he logrado plasmar nada – Dijo Gerard apartando la libreta y atrayéndola a su pecho
- Puedes dibujarme a mí – Mencionó Frank y Gerard seguía cuestionándose cómo es que era así de atrevido. El pelinegro no supo qué más responder, Frank pudo notar el rubor en sus mejillas. - Sé que es raro que me acerque así a ti, pero es que desde hace rato te estaba observando y me pareciste bastante interesante.
Frank se encontraba en aquel café, tenía una cita, sin embargo la chica en cuestión nunca llegó, le había mandado un mensaje diciéndole que había tenido problemas con su madre y no la había dejado salir, Frank le respondió que estaba bien, aunque no le interesó más hablar con aquella chica, mucho menos después de que vio a Gerard, porque le pareció tan lindo y al estar frente a él y ver más de cerca sus facciones, quedó fascinado con sus verdes ojos, simplemente hermosos.
Gerard se preguntaba cómo es que no había visto a Frank en ese café, si tenía ya varias horas ahí observando a la gente que ingresaba y salía del lugar. Y aunque la mayoría de las preguntas las contestaba con monosílabos, estaba fascinado de que un chico tan lindo como Frank se hubiese acercado a él y estuviera ahí sacándole plática. Supo que Frank era 3 años más chico que él, tenía apenas 20, estudiaba música al igual que su amigo Ray, incluso iban en la misma universidad, aunque claro, Ray unos grados más arriba que Frank. Se preguntó si quizás ellos dos se conocían.
A comparación de él, Frank ya se había independizado, vivía en un pequeño apartamento no muy lejos de aquel café y sí, lo invitó a que lo acompañara, Gerard lo dudó un poco, realmente siempre era un indeciso y se pensaba las cosas dos, tres, cuatro veces o más, pero al final del día aceptó, sabía lo que podía pasar en aquel apartamento, seguramente era la única vez que vería a Frank, pero es que le pareció tan lindo, tan interesante, que no pudo resistirse y lo acompañó hasta su apartamento.
Era un lugar simple, pequeño, pero muy acogedor, le agradó, Gerard quería vivir en un lugar como aquel, solo, pero no se atrevía.
Frank le ofreció algo de beber, vino blanco, el favorito de Gerard, le gustaba porque sabía bien y porque bastaban un par de copas para comenzar a ponerse mareado y a desinhibirse, realmente quería hacerlo, quería mostrarse valiente una vez en su vida, quería besar a Frank, en serio lo deseaba, saber si besarlo sería como fue besar a Lindsey, con quien no sintió absolutamente nada, o si sentiría una punzada eléctrica o algo por el estilo como decían en las películas y en los libros románticos que no podía dejar de leer.
Se sentaron en el sofá, Frank seguía platicándole algunas cosas a Gerard y preguntándole sobre su vida, Gerard sólo asentía o contestaba con monosílabos, pero a medida que el alcohol iba ingresando en su organismo, pudo notar que una estúpida sonrisa se había dibujado en su rostro y ni siquiera le importaba, nada más importaba que estar ahí, con Frank, sintiéndose diferente por una vez en su vida.
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Noviembre sin Gee (Frerard)
FanficLa vida es sólo una broma, un día no tienes nada, al siguiente lo tienes todo y después... después sólo tienes a la muerte acechándote.