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Había algo que Seokjin no quería y eso era ver a Taehyung.

Quería convencerse de que su decisión no la había tomado en base al azabache, sino que en base a su moral al darse cuenta de que llevaba una relación que no era cien por ciento sana, pero sus manos picaban por llamar al número que Jungkook le había entregado. Había peleado contra si mismo de una manera impresionante, porque incluso ese mismo día en que terminó las cosas con Jimin, luego de permitirse soltar unas cuántas lágrimas por dolor de la vida y del amor increíble que había perdido por estúpido, había querido oler nuevamente a Taehyung.

Quería besar de nuevo sus labios.

¿Tan difícil era para ellos simplemente poder?

¿Serían como esas parejas que por mucho que intentaran jamás lograrían algo porque no estaban destinados a estar juntos?

¿Siquiera Seokjin creía en el destino?

Pero aparte de eso, tenía miedo. Un miedo cobarde que no podía sacarse de encima y que miles de excusas lo tapaban para no tener que mirar directamente a ese Seokjin que temía el rechazo.

Taehyung seguía casado. Taehyung seguía siendo el hombre que le había roto el corazón. ¿Qué le permitía pensar que no sería igual en esta ocasión? Incluso después del beso que compartieron, después de las explicaciones y de las palabras de Jimin y Kookie... ¿qué le aseguraba a Jin que Taehyung lo elegiría por encima de su esposo, de las expectativas de su familia y de los tres años que habían estado separados? ¿Si quiera sería una opción que considerar para Tae o Jin solo había sido un juguete llamativo que quería tocar de nuevo?

Se obligó a dejar de pensar con mucho trabajo, muchas averiguaciones sobre el futuro de Kookie y el suyo, y muchas conversaciones con su hermano de lo que ambos querían.

Jin volvería a estudiar, pero ahora lo que realmente quería: medicina.

Jungkook seguiría con su carrera y luego vería cómo iba a formar parte de la familia Kim.

—Ni de coña me cambio el apellido. —dijo Jungkook un día. —Será la de un hijo de puta que nunca me quiso y que siempre supo que yo no le pertenecía, pero es tu apellido, y por ti lo tengo.

Jin nunca le quiso decir cuánto le conmovieron sus palabras sobre todo considerando el momento de debilidad que estaba atravesando justo en ese momento, pero lo abrazó fuertemente.

Últimamente Jin se dedicaba a abrazar a todos, tanto que Yoongi ya le había golpeado en dos oportunidades en lo que iba la semana, gruñéndole en cada oportunidad en que estaban cerca. Lo había aceptado durante los primeros días que superó separado de Jimin, que no fueron del todo difícil, pero no podía dejar de extrañarlo en su día a día, pero ya llevaba una semana y media.

Taehyung intentó contactarlo en tres oportunidades.

Seokjin desearía que lo hubiese intentado más.

Era jueves, había salido tarde de su trabajo porque a un médico estúpido se le había ocurrido cambiar las horas del viernes a último momento, y mientras se iba a su "emergencia familiar" directo a tomarse una copa de champan, Jin era quién debía lidiar con los pacientes enojados y pidiéndole soluciones que no tenía. Iba cansado con la chaqueta semi formal del trabajo colgando de su brazo, el celular en una mano y sacándose la corbata cuando entró a su casa. Las ojeras estaban largas, y nada tenía que ver con el trabajo y todo con las noches que soñaba con Taehyung y los miles de preguntas envueltas alrededor de su existencia.

Cruzó la puerta, colgó su chaqueta y se cambió los zapatos, se acercó a la cocina desde donde el olor a pastas era tan fuerte que no pudo ignorarlo, y se sorprendió de no ver el cabello castaño revoltoso de su hermano menor, ni tampoco el de Mingyu (que era la otra visita frecuenta por parte de su pequeño Jungkook) sino más bien una espalda definida, fuerte y una cintura angosta que en el pasado lo había hecho delirar.

Glimpse of us [Jintae/Taejin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora