la caseta

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la brisa recorría todas las partes de mi cuerpo y el olor marino inundaba mis fosas nasales,estaba realmente concentrada en mi libro hasta que su ruidosa voz me jodio el momento

—claudia hostia te he dicho mil veces que no me cojas el mando de la play—dice el mientras invade mi terraza que es donde me encuentro

—yo no te he cojido nada—dije alzando mi mirada unos segundos para mirarle y seguido bajarla a mi libro

—hoy no estoy de humor claudia a si que más vale que me lo des—dice seco mientras se apoya en el marco de la puerta de la terraza

a lo que yo simplemente le ignoro,estoy harta de que acuse de cosas que yo no he hecho

al ver que no respondo se acerca a mi y me cojio el libro,lo sostenía con la mano izquierda mientras con la derecha me frenaba por mis caderas de que pudiera lograr a alcanzar el libro,me intentaba soltar de su amarre pero era imposible,mi fuerza no era nada comparada con la suya,en una de esas que intentaba soltarme acabo el caído en el suelo,y yo encima de el

si no llega a ser por mi orgullo ya te digo yo a ti que no me quejaría

claudia no piense eso por dios

—emm—digo nerviosa ya que el espacio que nos separa es mínimo,a lo que él nota mi nerviosismo y me corresponde  con una sonrisa pícara—quita— le digo con una cara de asco

—en teoría eres tu la que estás encima de mi a si que eso te lo tendría que decir yo a ti

iba a responderle pero mi madre la oportuna se me adelantó,como no

—claudia avisa a tu hermano que vamos a co—
se paró cuando se dio cuenta de la situación

yo me quite rápido,y puedo prometer que me puse como un tomate,mantenía mi mirada en el suelo y pude oír como mi hermano el cabron de él se reia

marchate—le murmúreme y por primera vez en su vida me hizo caso,entre todo esto mi madre no había despejado su mirada,se centraba en él y en mi

una vez mi hermano se fue mi madre me miró seria y me dijo un ya hablaremos luego,ahora vamos a comer y así fue

baje a comer y hay se encontraba mi hermano con su típica cara de asco que me deban ganas de estamparle el libro en la cabeza

—pablo hijo te has lavado las manos—dijo a mi madre a lo que él negó con la cabeza—pues ya estás tardando y tú claudia igual

nos dirigimos en un silencio incómodo hasta la cocina para lavarnos las manos,hasta que él me salpicó con el agua que tenía en las manos por toda la cara

—eres imbecil o que coño te pasa—el solo reprimía unas carcajadas que cada vez iban a más—no te entiendo te lo juro

—podéis dejar de discutir de una vez y comportaros como tal,por favor que ya sois mayorcitos—dijo mi padre desde la entrada de casa,ya que al parecer acaba de llegar a casa

—ha empezado el—dije yo señalándole

—pero serás mentirosa si has sido tu

—ya! vamos a comer—dijo mi madre

...

—madre—dije llamando la atención a mi madre,nunca la había gustado que la llamara a si por eso lo hacía—no pienso ponerme esa camiseta—dije refiriéndome a la que estaba sujetando con sus manos

destinados | PABLO GAVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora