BAILANDO SOBRE EL MAR ✔️

ONCE

De repente me pongo nerviosa y empiezo a retorcerme las manos, que descansan sobre mi regazo.

—Eh... Bueno... En cuanto a eso... —hago una pausa para tragar saliva y respirar profundamente. —Yo... Creo que lo mejor sería que lo olvidemos...

—No me jodas que me vas a salir con que fue un error.

—Es que fue un error.

—Joder, Grace.

Da un golpe al volante haciendo que mi corazón se salte un latido.

—¿E-estas enfadado?

—Si, pues claro que estoy enfadado. —se hace el silencio en el que solo se escuchan nuestras respiraciones y el motor del coche al estar funcionando, hasta que habla: —No puedes besar a una persona, ilusionarla y luego decirle que fue un puto error. Eso no se hace Grace, porque duele.

Joder, ahora me siento súper mal. Super... Culpable. Tiene razón, pero es que estoy asustada.

—Lo siento es que... No sé qué querías que te dijera, yo... No sé nada de nada joder. —tartamudeo patéticamente.

Suspira. No habla más, y yo tampoco hablo más. El viaje se hace pesado e incómodo, pero por suerte no tardamos demasiado en llegar a Blue water.

Me quito el cinturón y me apresuro a seguirlo cuando él sale cerrando la puerta del coche con más fuerza de la necesaria. Cuando nota que voy a su lado levanta su brazo y apuntando hacia atrás cierra el coche con el pequeño mandito raro que tienen los coches.

Suspiro. Este día no va a ser fácil, lo presiento.

(...)

Dylan coloca la tabla en el suelo con un poco más de fuerza que de costumbre.

—Subete. —me pide secamente, sin mirarme siquiera.

—¿Y si no quiero? —yo también me estoy empezando a cabrear.

Me mira con una expresión de indiferencia absoluta. Y duele.

—Pues no te montes. Haz lo que quieras, total es lo que siempre haces.

—Dylan no...

—¡Es más! Si quieres puedes partir la tabla, al fin y al cabo he descubierto que te gusta romper cosas. Corazones... Tablas... ¿Qué más da?

—Dylan...

—De hecho, yo creo que me voy a ir. Para que hagas lo que te plazca a gusto.

—¿¡Puedes callarte de una vez y dejar de decir tonterías?!

—¡No! —levanta la mano para pasársela por el pelo, pero yo me asusto y me cubro la cara con mis manos. Dylan me mira atónito. —Joder Grace, ¿En serio pensabas que te iba a pegar? ¿Enserio me crees capaz de algo así?

Cierro la boca sin saber que responder a eso. Suspiro y aparto la mira hacia la tabla para evitar todas la emociones que su mirada me provoca.

—Dylan lo siento mucho... Entiendo que estes enfadado, es normal. Pero entiéndeme tú a mi, por favor. —digo, desesperada por que olvide el tema de que pensaba que me iba a pegar.

—¿Como quieres que te entienda si no me explicas lo que te pasa?

—No tengo por que explicate nada.

—Y yo no tengo por que tratar de entenderte, entonces.

Suspiro.

—Dylan... Yo no quería que te enfadaras, pero es que estoy... Confundida. Tengo miedo, no... No sé cómo actuar ante toda esta situación. No sé cómo me siento, no sé si me arrepiento de ese beso y si me muero por repetirlo... No sé nada.