Capítulo Cuarenta Y Cinco: Terminar

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Emdrick

—Vamos a volver a casa. 

Mis hermanos sonrieron de inmediato y abracé a Diederik cuando se acercó a mí.

—Vamos a ir a casa, Die —lo miré alegre—, por fin vamos a poder volver a casa después de tanto tiempo en el limbo.

—No cantes victoria todavía.

Miré a Sasha y él negó con la cabeza.

—Siempre que la Luna nos da una misión, no es porque sea sencilla o fácil de terminar.

—Hemos viajado por casi un año —Baruk negó con la cabeza—, creo que eso nos quedó bastante claro desde el inicio.

—No, no lo entienden.

Miró a todos.

—Ustedes aún son unos niños, no saben lo que les esperará en cuanto unan todas las gemas —. Sasha se cruzó de brazos—. Cuando yo uní todas, casi muero y mis hermanos quedaron dañados de por vida.

Suspiró profundamente.

—Sirhan murió, Fréderic se hizo frágil como cristal y Byron tiene la mitad del corazón muerto porque el don de Mason casi lo congela —. Negó con la cabeza—. Y Naran, bueno, mi hermano ya no puede tomar la forma de un licántropo porque para salvarle la vida tuvimos que unir su alma a la de su esposa.

Señaló a Maya.

—Y tú lo sabes bien.

Ella negó con la cabeza.

—Yo no...

—Por favor —Sasha bufó—, podré ser un viejo, pero hasta yo recuerdo un rostro familiar cuando lo veo. Sé perfectamente que tú eres una de sus hijas.

—Es verdad —asintió con firmeza—, pero no sabía que mi padre no podía convertirse de nuevo en un lycan.

—En esencia lo es, pero convertirse lo puede matar —asintió Sasha—, y casi lo logra hace poco, cuando tu sobrino mayor casi muere al pelear.

Todos nos quedamos confusos, pues aunque sabíamos que ahora estábamos en un tiempo más avanzado al de Maya, no esperábamos que su manada ahora tuviera un nuevo alfa.

Un alfa ascendente.

—¿No lo sabías, verdad? —. Sasha susurró incrédulo.

—Hemos viajado tanto en el tiempo que ni siquiera sabemos qué pasó con nuestras familias en su propia línea —Adrien murmuró tomando la mano de Maya—, pero hicimos una elección y sé que ninguno se arrepiente de ello.

—Jamás —. Asintió Yumei—. No es un sacrificio el dejar atrás todo tu mundo con tal de estar a lado de tu otra mitad.

Sasha pareció entender, pero en cuanto vio a Diederik abrazado a mí, pudo realmente saber que todos nosotros habíamos entendido el sacrificio que conllevaba cumplir una misión encargada por la Luna.

—Ahora entiendo que ni siquiera el tiempo podría separarlos jamás.

Sasha suspiró cubriendo su rostro un momento y después negó con la cabeza al vernos.

—Bien, les voy a enseñar lo que sé pero solo porque yo mismo sé lo que se siente vivir como ustedes.

Todos miramos a Sasha y del librero detrás de él, sacó un libro azul.

—Este es un diario de alfa —Sasha me lo entregó—, es un libro especial que guarda memorias y recuerdos de nosotros como líderes y nuestras hazañas.

El Destino De Un Alfa © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora