Ese fue el mismo qué tú dejaste caer y rompiste en mil pedazos, fue el mismo qué tú utilizaste sin piedad, fue el qué tú dejaste heridas incurables, es el mismo qué por dentro llora aún por ti, es el mismo que yo te entregué cuando destrozaron el tuyo, es el mismo qué ahorita late en tú pecho en estos momentos