Extra 🍭

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-¿Qué haces amor? -pregunto al verlo doblar la ropa sobre la cama.

Sanhie había amanecido de mal humor, ahora estaba sentado sobre la cama mientras doblaba ropa, soltaba murmullos con un leve puchero adornando su labio.

-Es muy obvio que doblo ropa hyung -contesto sin mirar a su mayor. -Maldita ropa, porque huele tan rico -siguió murmurando.

Rocky soltó una leve risita al verlo y escucharlo, estando de mal humor actuaba más tierno, bueno excepto por sus contestaciones algo agresivas.

-Lo note - se acercó para mimar su cabello. -¿Qué te hizo la ropa para que la trates así?.

-¡Es que es muy suave y limpia! -sus quejas sin sentido le resultaban mucho más tierno al mayor. -Tu cara hermosa también es irritable, ¿lo sabes?.

Nuevamente volvió a reír ante su comentario, se inclinó y beso los labios ajenos. Claramente fue correspondido, pero con quejas de por medio, duro unos minutos hasta que Sanha se alejó para seguir su trabajo.

-Yo creo que tu mal humor es adorable -se alejó rápido porque un pequeño loco le arrojo una almohada.

-Adorable mis nalgas.

-¿Puedo confirmarlo?.

-¡Ya me viste desnudo, no molestes! -grito completamente sonrojado.

En esos momentos Rocky sonrió en grande, llevan años de noviazgo, aún recuerda el primer beso y sus días en la universidad con el menor. Ahora en la actualidad ambos son adultos, viven juntos y son muy felices, pero no todo es lindo.

Casi siempre hay discusiones, pero con esfuerzo lo resuelven, ya que no pueden estar mucho tiempo enojado con el otro.

-¿Qué quieres comer, chico paleta? -lindo apodo eligió desde que eran amigos para el otro.

-Lo que sea está bien -termino con la ropa y la guardo en su respectivo lugar.

Rocky asintió a su respuesta y se fue de la habitación hacia la cocina, no seguiría molestando a su dulcecito por hoy. Preparo algo rápido para ambos, era hora del almuerzo aún tenía tiempo de disfrutar el día e ir a comprar la paleta de su chico.

Hace mucho su menor había dejado de comer tantas paletas seguidas y todos los días, ahora solo las comía cuando estaba triste, molesto o cuando el mismo le regalaba en un día especial, como por ejemplo su aniversario.

El almuerzo estuvo listo, llamo a su malhumorado novio y disfrutaron de la comida con algunas que otras quejas por parte del menor, comenzaría a pensar que tiene alma de viejo.

-Y no vuelvas a dejar la toalla en el suelo Rocky, les queda un olor horrible después con la humedad -termino sus quejas del día mientras secaba sus manos.

Había lavado los platos luego de almorzar, se acercó a la sala y se percató de que estuvo hablándole a la nada.

-¡Maldito hombre de perfecto rostro! Me dejas hablando solo, idiota -suspiro para tirarse al sofá.

Minutos después escucho la puerta de entrada, ni se molestó en mirarle sabia de quien se trataba, pero si se sentó dándole la espalda al mayor apenas piso la sala.

-¿Sigues enojado? -pregunto al sentarse a su lado.

Su menor estaba cruzado de brazos con un puchero en sus labios y el ceño fruncido, evitaba mirarlo.

-Te atreves a preguntar luego de dejarme hablando solo como un tonto.

-Te avise que me iba, pero seguías hablando y hablando bebé -se defendió y recibió unos murmullos de respuesta. -Si tienes algo que decirme, dímelo a la cara.

𝕃𝕠𝕝𝕝𝕚𝕡𝕠𝕡 𝕓𝕠𝕪 || RocksanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora