Cuida de mi corazón

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Temática (10 de Julio): Beach/Freeday.

Sinopsis:

"Mi mente siempre está en todas partes, siempre moviéndose. Estoy acostumbrado a pensar en mí en última instancia, pensé que ya no tenía corazón para pensar en cualquier otra cosa, pero cuando me di cuenta, estaba lleno de ti, solamente de ti".



[***]


Es difícil amar a un héroe.

Va más allá de apoyarlo para que se vuelvan levantar y luchen, de disfrutar y llorar con sus victorias y derrotas, de contemplar su lado brillante y poderoso.

Los héroes tenían demasiadas capas y debajo de todas las máscaras, había un ser humano igual de frágil que cualquier otro. Que, con cualquier ataque de la vida, podría romperse. O que quizás yacía roto debajo de toda su pantomima heroica, indispuesto a mostrar todo lo que ocultaba tras una armadura de poder. Que podía sufrir, y tal vez nunca levantarse. Que podía enfrascar sus sentimientos tanto hasta volverse una cáscara vacía que la multitud moverá de un lado a otro sin descanso, con el corazón hecho trizas en el transcurso de su carrera.

Corromperse podía ser tan sencillo como abandonar por un momento los ideales heroicos inculcados por la sociedad, tan extremos que buscaban colocar en un pedestal a quien no era más que otro ser humano que podía ser influenciado en un momento de debilidad o de euforia máxima, dejándose llevar por los sentimientos chocando entre sí.

Muchos eran conscientes de esa debilidad inherente a su estado natural de mortal, así que mantenían a raya sus corazones; temían abrirlo a la persona incorrecta, en el momento incorrecto, y que eso los destruya o les costase vidas inocentes; o abrirlo a la persona adecuada y alguien más le destruyera al reconocer su punto flojo en su armadura inquebrantable, encontrando los retazos de su corazón.

Era difícil amar un héroe cuando estos buscaban huir al darse cuenta que sus sentimientos eran correspondidos, aterrados por el hecho de que alguien viera detrás de toda esa máscara de poder y reconociera su corazón humano. Porque cuando alguien tocaba las heridas con cariño y preocupación, se desploman al toque, reconociendo que no podían vivir llenándose de ese amor, porque debían volver a pelear por alguien más. Porque debían ser fuertes.

Takami Keigo lo tenía claro. Nunca debía esperar ser amado. Al menos, no de la manera que él siempre deseó. Y en el fondo estaba consciente que, de cualquier forma, él no era fácil de amar.

¿Cómo esperaba tener una esperanza de ser amado cuando las únicas dos personas que eran familiares lo habían desechado a tan floreciente edad? ¿Cómo esperaba que alguien amara la cáscara que la Comisión había personalizado? No había nada en su corazón que valiera la pena. Estaba vacío, rodeado de gusanos y promesas rotas, podrido, desgarrándose en una esquina, aceptando su destino con una sonrisa prefabricada que ocultaba su larga agonía.

¿Qué tan crédulo tenía que ser para todavía creer, en medio del desdibujado de sus pesadillas y sueños, que hubiera alguien dispuesto a tomar los trozos afilados de su corazón, y que fuera capaz de juntarlos para que se volviera una amalgama semi funcional? Era ridículo. De cualquier manera, nunca le pondría la carga a nadie de concebir tal milagro.

Cuando volaba sobre las calles de Fukuoka, resguardando su ciudad como le habían enseñado, las personas volteaban a verlo y lo vitoreaban. Eso era lo más cercano al amor que podía alcanzar. Ellos esperaban protección y contaban con su fuerza, admiraban la imagen de Hawks sin pensar en cómo cargaba en su pecho él no haber podido salvar a su madre ni a sí mismo.

Huwumi Summer Event 2022 (MHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora