sabbra cadabra, 𝗁𝗎𝗇𝗍𝖾𝗋 𝗌𝗒𝗅𝗏𝖾𝗌𝗍𝖾𝗋.

seis

La queja que salió de su boca hizo saltar a la enfermera.

—¡Dalia! —regañó.

—¡Pero si me dolió! —gritó de nuevo— ¡No es mi culpa!

La señora Blum se levantó del pequeño taburete y dejó el algodón en la pequeña bandeja junto con los distintos materiales de curación, la chica había llegado a enfermería junto con Gabby, la cual venía a duras penas porque el agarre de la pelinegra no la dejaba caminar.

—Respeta a la dama, Dalia Maurie. —exigió la rubia desde una esquina.

—No te pregunté qué te pasó... ¿qué pasó?

—Me caí saltando vallas —masculló viendo sus rodillas rasmilladas. La enfermera frunció su ceño confundida —La cancha de pasto está toda mojada y saltamos en la cancha de cemento... pusieron la valla al revés y en vez que eso se cayera me caí yo.

—¡Fue muy chistoso! Iba tan decidida a saltarla pero calculó mal y ¡fuap! al piso —no hace falta aclarar quién fue. 

—Gabriela... —advirtió Blum mientras anotaba lo que le había sucedido a la chica— Bueno, puedes irte y terminar tu prueba.

Su rostro palideció —No, no quiero volver ahí, de seguro la novia de Clay y sus amigas se reirán de mí.

—¡Dalia! —Kevin entró a la habitación —¡Debemos irnos, ahora, ahora, ahora! —el chico estaba tan apurado que no notó la presencia de las otras dos mujeres— El papá de Hunter es cómo un grano en el culo y-

—¿No crees que es mejor hablar afuera? —interrumpió tapando su boca con la mano mientras miraba nerviosa a la mayor. Sacó lentamente la mano de su boca y caminaron a la salida, antes de cerrar la puerta escucharon como Gabby comenzaba a dar detalles de su caída. —¿Qué sucede con el padre de Hunter?

—Lo metió a un centro de rehabilitación.

—¿QUÉ?

—Lo sé, debemos irnos ahora para sacarlo de ahí... ¿Vienes? —preguntó nervioso.

El ceño de Dalia se frunció mientras negaba —Me meteré en problemas...

—Tienes la coartada perfecta —señaló sus rodillas.

—¿Y mi nota?

—¿Dejarás a tu novio ahí? —Dalia bufó frustrada mientras caminaba en dirección a las escaleras, Kevin la tomó de la muñeca para comenzar a correr— No te vayas a caer de nuevo... —bromeó intentando bajar los nervios.

—¡Cállate!

Los amigos corrieron fuera de la escuela para luego subir al auto de Kevin y dirigirse al centro donde estaba Sylvester. El viaje duró una media hora hasta que llegaron.

—Bien... —murmuró Kevin mientras cerraba la puerta del auto—Quédate aquí, yo iré por él.

—¿Me sacaste de la escuela solo para dejarme dentro del auto?

—Dalia, sin ofender pero corres demasiado lento y te cansas muy rápido, aparte puedes caerte en el camino.

—Puedo ser de ayuda, imbécil. —salió del auto y comenzando a caminar, al dar dos pasos, Schlieb la frenó.

Kevin suspiró —Me ayudarás a cuidar del auto.

—¿Y crees que espantaré a quien lo robe? ¡Nunca pude terminar five nights at freddy 's cuatro por los sustos! ¡Five nights at freddy 's, Kevin!