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-¡Abi, cuidado!-

Oí gritar a mí madre desesperada al otro extremo de la calle, al mirar a aquel costado y ver el cómo se acercaba aquel camión, atiné a empujar la carreola de mí hermanita al cual llevaba.

De pronto, todo estaba oscuro, apenas y escuchaba a mamá sollozar

- ¡Hija! No te duermas, quédate conmigo-

Traté de abrir mis ojos para ver qué mí hermanita estuviese bien y por suerte no le había pasado nada malo, levanté mí mano derecha para poder acariciar la cara de mí madre

-Tranquila, no me duele nada, estaré bien- aquellas fueron mí últimas palabras, ya que todo se tornó más oscuro.

De pronto vi un destello, por lo que decidí correr hacia aquella luz, encontrándome con una puerta, ¿Será seguro entrar Ahí?
Sin más remedio, me adentré a aquel lugar.

De pronto, abrí los ojos, encontrándome con dos extraños llorando, pero ellos parecían estar llorando de felicidad

-Mi pequeña y dulce  Yong Jin- dijo aquella mujer

-Nuestra hija es la más hermosa- exclamó un hombre que me miraba con tantas lágrimas en sus ojos que ya parecía chistoso

Esperen, no entiendo nada, ¿Quienes son estas personas? ¿Y mí mamá? ¿Donde está mí hermanita?
Son preguntas que me perseguían

-¿Nuestra princesa está preocupada? O ¿por qué frunce el ceño?-

Rió ligeramente aquella mujer que al parecer era mí madre, sin entender nada empecé a llorar de la frustración de no comprender nada, provocando a que mí padre llame a todas las enfermeras preocupado.

-¿Le estará doliendo algo? ¡Revise la!-

-No se preocupe señor, la niña debe tener sueño o hambre, no se preocupe, es completamente sana-

-No le hagan mucho caso a mí marido, es nuestra primer hija y el está muy emocionado-

Las enfermeras empezaron a reírse de aquel hombre que se encontraba avergonzado

-Ya mí bebé, no llores, mamá está aquí contigo - exclamó acercando su frente a la mía para sentir aquel cálido amor que me demostraba, provocando que siéntese una tranquilidad inmensa

Sin embargo, me sentía algo vacía, como que algo me faltase y ya no podía comprender que es aquello

Y así comenzó mí nueva vida, sin haber tenido tiempo de olvidar aquella otra vida, ¿ Me acompañarías a encontrarlos?

Aún los recuerdo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora