Capitulo 18

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Meses después

Manuel pensaba seriamente qué había cambiado desde su llegada a la capital, miró a su hermano en la cocina preparando algo de comer mientras Marizza enviaba mensajes en su celular se preguntó qué había hecho esa chica para poder ablandar el corazón de Pablo, ansiaba saber qué debía hacer para ganarse el corazón de alguien...

Manuel: Petiza.- Susurró sin dar en su objetivo de atraer la atención de la castaña.- Estoy hablándote.- Se levantó y arrebató el celular de las manos de la chica.

Marizza: ¡Pabloo...!.- Comenzó a gritar y el rubio apareció de inmediato.

Pablo: ¡Manuel! no molestes a Marizza.- Reprendió al menor.

Manuel: ¡Sólo quería hablar con ella! y por usar esta cosa, no me presta atención no sé cómo la soportas.- Bufó y lanzó el teléfono de vuelta a su dueña.

Marizza: Lo siento, Mía no se ha estado sintiendo bien últimamente y sólo trataba de subirle el ánimo un poquito.- El pelinegro sintió su piel erizarse y no pudo evitar sentir culpa por lo que le pasaba a la rubia.

Manuel: Uh... creo me...me gustaría hablar con ella.

Marizza: Podría decirle que venga ¿Puedo?.- Miró a su novio y una vez que el rubio asintió, ella tomó su celular y marcó el número de su mejor amiga.

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Pablo: Cariño ¿De verdad crees que hicimos bien dejándolos solos en casa?.- Preguntó mientras entrelazaban sus dedos con las de su novia.

Marizza: ¡Claro que sí!, Mía es muy madura, sabrá controlar a Manuel a la perfección.

Pablo: Es un buen chico, que disfrute de la compañía de cientos de mujeres es diferente.- Habló ganándose un ceño fruncido por parte de su pareja.

Marizza: Hablas así porque es tu hermanito, si Marcos fuera como tu hermano...

Pablo: Tu hermano pasa con la vecina de alado, llamada Luján.

Marizza: ¡No mientas, rubio!

Pablo: No miento, pregúntaselo si quieres, un día los vi comiéndose la boca del otro a medio pasillo y no es bonito ver ese tipo de escenas.

Caminaron tomados de la mano con sus dedos entrelazados, Marizza caminaba sonriente mirando a los niños andar en sus bicicletas y a sus madres hablando sobre temas variados, la chica también anhelaba una familia unida y feliz con Pablo Bustamante.

Pablo caminaba al ritmo de su novia era feliz, plenamente feliz, se sentían en las nubes, la castaña detectó con la mirada al señor de los helados y corrieron hasta él puesto.

Marizza: Cariño... ¡Pablo!.- El rubio reaccionó al llamado de su pareja y prestó atención.- Tú llevarás el de pistacho y yo el de chocolate.- Besó los labios del mayor.- Me lo das cuando termine este.- Susurró en el oído del rubio.

Pablo: Sí, bebé.- rió y Marizza se quedó estática.

¿Bebé?.- Una voz masculina habló detrás del ellos.- Hasta él sabe que eres una bebé Marizza ¿Quién es? ¿Tu tío?

Marizza: Muérete, Frank.- Se defendió.- Vamos.- Tomó la mano de su pareja de nuevo y caminó dejando a su enemigo atrás.

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Departamento Bustamante

Pablo: ¿Blanco Francisco?, no me suena.- Dijo después de pensar un rato.- Además nunca lo había visto ¿Es nuevo?.- Mordió la galleta de chispas de chocolate que su novia le había llevado el día anterior.

Marizza: ¡No, Pablo! él lleva allí más de un año.- Retiró la laptop de su novio de sus delgadas piernas y tomó asiento allí.- Pon atención, Francisco es aprendiz en tú agencia desde hace un año y ha estado acosándome desde que entré a la universidad ¡Debes defender lo tuyo!.- Frunció su entrecejo y golpeó el pecho del mayor.

Pablo: Cariño, estaba trabajando en algo importante.

Marizza: ¿Y yo no soy importante?.- Preguntó dramáticamente.

Pablo: No dije eso, es sólo que soy un adulto que tiene un empleo, responsabilidades y...

Marizza: Y una pareja al cual no quieres perder.- Se recostó en su pecho.

Pablo: Sí, mi vida.- Pasó sus brazos por la cintura de la chica y se tiraron por completo en la cama del rubio.- Así que Francisco se burla de ti todo el tiempo desde que lo rechazaste... ¿Y qué debería hacer?.- Preguntó con los ojos cerrados.

Marizza: ¡Golpearlo o hacer que lo despidan! o mejor aún, ¡Molerlo a golpes y hacer que lo despidan!.- Pablo rió y su novia bufó por no ser tomada en serio.

Pablo: No pienso hacer eso Marizza sería muy inmaduro de mi parte además... seguramente él me ganaría y apuesto a que no te gustaría ver mi cara llena de moretones.

Marizza: Y yo apuesto que a ti no te gustaría verlo coqueteándome todo el tiempo, es tan molesto...

Pablo: Pasaré por ti todos los días cuando salgas de la universidad ¿Es suficiente para ti?.- Besó el cabello de su novia.

Marizza: No es suficiente, pero me basta con eso ¡Oh! ahora que lo pienso ¿Cuándo conoceré a tus padres? tú ya conoces a los míos.

Pablo: Sí, por desgracia... tú padre es extraño.- Dijo recordando cuando el padre de su novia no paraba de decir que cuando el rubio ya estaba en primaria, Marizza apenas nacía.

Marizza: Pero soy tu novia Pablo me gustaría conocer a tu familia antes de tener a nuestro hijos y...

Pablo: Espera ¿Tener niños?.- Alejó a su novia de él para poder mirarse a los ojos.- ¿N...no es muy pronto para pensar en hijos?

Marizza: ¿Pronto? ¡Hemos estado saliendo por meses! no puedes decir que vamos demasiado rápido incluso tú dijiste que cuando termine la universidad podremos vivir juntos y tener hijos.- Se cruzó de brazos.

Pablo: S...sí, pero... es decir ¿No deberías ejercer tu carrera y después de ahí pensar en tener una gran familia?

Marizza: Cállate y házmelo Pablo Bustamante.- El rubio sonrió y se lanzó a los labios de su novia.

Continuará...

Mi tímido vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora