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- Ok, en conclusión tienes a cuatro hermanos acosandote - comentó Ry.

Era sábado por la mañana, estábamos desayunando y aproveché de contarle todo lo que había pasado en tan solo dos días, quizás estaba exagerando, después de todo no había pasado gran cosa.

Negué con la cabeza y me levanté del mesón junto con mi plato vacío para lavarlo.

- Ali, me alegra que estés progresando de a poco - Sé que lo decía porque estaba comenzando a hablarle de nuevo, pero en el fondo yo sabía que no era así, no había progresado nada, aún estaba en el fondo de ese lugar tan oscuro.

Le sonreí.

- Iré a cambiarme para que tengamos un día de chicas - anuncié de regreso, con un tono de voz muy bajo, hasta ahora había sido así.

Riley asintió y yo fui a darme un baño. No duré mucho ya que la chica "no puedo esperar" con la que comparto esta pequeña habitación tocaba la puerta cada 2 minutos.

Me coloqué un vestido blanco de florecitas ajustado al cuerpo con mangas en los hombros y unas converse blancas. Era muy fanática de usar tenis a todos lados sin importar la ocasión. Dejé mi cabello suelto y le coloqué un gancho blanco, brillo labial, perfume y estaba más que lista.

Ry por otro lado, se tardaba un poco más.


***

Habíamos ido de compras, fuimos al spa y nos hicimos manicura.

- Vayamos a ese starbucks, quiero comprar donas - Riley me jaló por el brazo y yo no tuve de otra que seguirle el paso, al menos podría comprar un café. Al entrar no habían muchas personas, incluso habían muchas mesas desocupadas.

Ocupamos una mesa en el centro y esperamos a que vinieran por nuestro pedido. Me dispuse a revisar mi teléfono mientras esperaba y al mismo tiempo escuchaba a Riley hablar de su fastidioso trabajo en grupo con un tal Michaell o algo así escuché.

Se escuchó la campana de la entrada al fondo, y justo llegó una chica a tomar los pedidos. Pedimos donas, cafés y unas galletas, nunca podían faltar las galletas, eran nuestra adicción.

- Hay unos chicos que no dejan de mirar hacia acá - susurró Ry - Creo que se trata de los chicos acosadores - soltó una risita.

- No lo creo - le devolví el susurro, y voltee disimuladamente hacia donde Riley me había señalado haciendo una mueca rara con su boca.

Y como lo había supuesto Ry, si eran los hermanos, que hasta ahora solo sabía el nombre de dos. Dos de ellos estaban charlando y los otros dos veían hacia aquí sin ningún tipo de disimulo. Obviamente notaron cuál voltee hacia allá "disimuladamente" y sonrieron en modo de saludo, ni siquiera se inmutaron por haberlos descubierto mirándome.

Les saludé con la mano desde mi lugar y ellos devolvieron el gesto, los otros dos hermanos, que antes estaban distraídos, ahora tenían su atención en mi, en este momento debía tener la cara totalmente sonrojada; ellos también saludaron y sonrieron.

- Que suerte tienes Ali - Susurró Riley, le dí un manotazo y ella se empezó a carcajear suavemente.

- No es gracioso, tonta - me hice la enojada pero al final terminé soltando una leve risita.

Luego de unos minutos llegó nuestro pedido y al lado había un chocolate con una pequeña flor morada. Fruncí el entrecejo un poco, confundida.

BauerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora