"Lo que pasa en las Vegas, se queda en las Vegas"
Con el tiempo me di cuenta de que ese dicho era una absoluta farsa y que no importa tus acciones siempre habría consecuencias.
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Lo que está publicado es solo un bocado a probar porque la historia no...
Aliste mi bolso antes de salir a la oficina, un día ajetreado me esperaba.
Con el malestar de un "viaje tranquilo" y un gran visitante doloroso, deje las llaves fuera y por último cerré la puerta tratando de recordar que todo estuviera en orden y que no hubiera quedado nada enchufado para que explote todo.
Encendí el estéreo y coloque algo de música.
¿Qué mejor que empezar el día escuchando a Harry? Mi humor avanzaría un poco más.
Veinte minutos de viaje y eso bastaría para lograr despabilarme, al menos eso es lo que espero, tal vez duerma algunos segundos de parada en la oficina mientras preparaba un café pero más de allí nada pasaría.
Estacione el auto y sin olvidar mis cosas puse la alarma.
—Hola, Jonh —el guardia de seguridad se encontraba en mis mismas condiciones y el sueño le estaba dando vueltas.
—Buenos días, pequeña Troy —el saludo de todas las mañanas— ¿Cómo está tu padre? Ayer no pude pasar a verlo.
—Bien, por suerte con su carácter tan vivo como siempre pero sigue sin dar brazo a torcer respecto al tratamiento, no creo que sea fácil pero bueno.
—Claro, entiendo, hoy veré si voy a visitarlo —le sonreí mientras llegaba hasta el ascensor— Mai, casi me olvido.
—¿Si?
—Hoy llega el nuevo jefe.
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